Las terrazas del centro vuelven a dificultar el trabajo de los técnicos de emergencias, concretamente, en la Estrella, una de las calles más señaladas como punto negro para el paso de vehículos de urgencias, personas con dificultades de movilidad y, en general, peatones. Ante la imposibilidad de entrar con una ambulancia hasta el portal que había dado la alerta, sanitarios y técnicos tuvieron que llegar a pie hasta la zona y desalojar al paciente en una silla especial.

Pasó el jueves pero no es la primera vez. Fue protagonista una ambulancia del 061, requerida para cubrir una urgencia justo en un edificio en medio de la calle sitiada por mesas y sillas. Intentaron entrar, en primer lugar, por Rúa Nueva. Pero al no mover nadie sus instalaciones de la vía pública, decidieron buscar una alternativa. Dieron la vuelta por San Andrés para acceder por Santa Catalina. Y pasó lo mismo. Solo hubo un hostelero, describen los testigos, que se molestó en mover unos barriles.

Las consecuencias, las de anteriores ocasiones: los técnicos alcanzaron la zona a pie, con el material a cuestas, y trasladaron al paciente sin medios motorizados. Movieron a la persona asistida en una silla especial de la que disponen hasta la ambulancia, que estaba estacionado al principio de la calle, en el cruce con Santa Catalina. Los técnicos de emergencias sanitarias señalan que son bastantes las veces en las que les ha ocurrido algo así. Y no solo a ellos, también a los bomberos. Uno de los casos más sonados recientemente ocurrió el 9 de febrero. En un primer momento, las terrazas impidieron el paso a un camión de bomberos que iba a atender el aviso de que un hombre se intentaba suicidar con una bombona. No habían pasado diez días cuando el 061 tuvo que acceder a pie a un local de la vecina Galera para poder atender a una persona que había requerido su presencia porque la ambulancia no pudo conseguir que se despejase el trayecto para alcanzar el portal.

Unos días después el alcalde coruñés, Xulio Ferreiro, admitía que la "autocontención" que se le había solicitado a los hosteleros en sus instalaciones no había dado "frutos". El pasado otoño el Gobierno municipal anunció que colocaría unas marcas para limitar la expansión y en febrero informó de que se contrataría en breve el proyecto.