Los pequeños gestos encierran grandes acciones. El paseo a pie desde casa hasta la escuela, por ejemplo, puede ser algo más que una experiencia rutinaria; puede transformarse, con la intervención de los elementos y los actores adecuados, en un hábito educativo que fomenta el aprendizaje vial y la convivencia en el barrio desde tempranas edades. Este es el objeto con el que nació el curso pasado en la escuela infantil municipal de Monte Alto el proyecto Paseniño paseniño vou facendo o camiño, premiado ayer por la Dirección General de Tráfico (DGT) en su convocatoria anual de iniciativas de educación vial.

Un paseo de familias con sus hijos en compañía de profesoras por un tramo del barrio, la entrega del premio a la escuela y una pequeña fiesta con música en la parte baja de la plaza de Monte Alto apoyaron ayer por la tarde el reconocimiento recibido por el centro infantil. Pequeños y mayores participaron con entusiasmo en este programa y demostraron, con un alegre y cantarín paseo y con sus voces y aplausos en las distintas canciones que acompañan el proyecto, que Paseniño se ha hecho un hueco importante en sus actos cotidianos.

Cuatro rutas a pie por el barrio que conducen a la escuela, cada una identificada con una imagen fácilmente reconocible para los pequeños (una torre, una sirena, una gaviota y Hércules), constituyen la esencia del proyecto, que este curso vive su etapa de consolidación. A través de estos caminos, los niños y niñas y sus padres y madres se acostumbran a diario a un itinerario que les familiariza con los vecinos y los establecimientos y negocios de Monte Alto, donde precisamente se pegan en sus escaparates las imágenes de cada ruta. Comerciantes de la zona, alumnos del Ánxel Casal, la asociación vecinal del barrio y el músico coruñés Félix Arias, que ha puesto melodía a cada camino, han colaborado en Paseniño.

Tres decenas de menores de 0 a 3 años de la escuela infantil y sus padres participaron -unos más, otros menos- en el paseo desde la rotonda de Monte Alto hasta el centro educativo. Guiados por las profes Chus, Paula, Juana y Carmen (y Andrea, la cocinera), los alumnos cantaron varias canciones, cruzaron con prudencia los pasos de peatones y saltaron alrededor de las ranas verdes de las rutas escolares seguras pegadas al suelo en el trayecto. "Croac, croac", brincaban los pequeños, unos mientras merendaban el bocadillo, otros cogidos de la mano, unos nerviosos, otros más tranquilos.

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La escuela infantil de Monte Alto, premio de educación vial

Llegados a la plaza de Monte Alto, frente a la entrada de la escuela, pequeños y mayores se sentaron alrededor de un improvisado espacio en el que Arias cantó el tema Paseniño paseniño, animado por los niños que agitaban cintas de colores, y la delegada provincial de la DGT, Victoria Gómez, entregó el premio al centro coruñés, que recogieron Manuel, un alumno que terminó el último curso el año pasado, y Candela, la alumna de más edad den el centro.

"Enhorabuena a la escuela y a los padres por haber conseguido que la ciudad se implicase en este proyecto", dijo Gómez. "Los niños y niñas han sabido aprovechar muy bien la parte educativa de este camino diario", añadió la concejal de Xustiza Social, Silvia Cameán, antigua alumna de la escuela de Monte Alto, que admitió sentirse "como en casa".

La directora de la escuela, Montse Sancho, que en primer lugar agradeció el premio a las padres y a sus hijos por su participación, quiso compartir el mérito con otros protagonistas: con las educadoras infantiles Iria Bustamad y Tania Ramírez por concebir la idea original del proyecto; con la ilustradora de las imágenes de las rutas, Sara Iglesias; y con Stop Accidentes, que colaboró en la iniciativa y cuya portavoz, Jeanne Picard, reclamó a padres e hijos, conductores y peatones, que sigan mejorando la educación vial.