Hace diez años saltaba la primera alerta de la Policía Nacional sobre la existencia de un violador múltiple en A Coruña. Los agentes informaban que desde hacía un mes buscaban al autor de dos violaciones y otras dos agresiones sexuales en diferentes barrios. Los investigadores advertían de que el delincuente sexual actuaba los fines de semana "por toda la ciudad" y que escogía a sus víctimas entre mujeres de 25 a 40 años. El retrato robot que se publicó era el de un joven alto y de complexión fuerte. No se equivocaba. En abril de 2007 era el hombre más buscado de A Coruña. Su detención se produjo más de tres meses después, el 9 de agosto a primera hora de la mañana, cuando salía de su piso de Novo Mesoiro y se disponía a ir a trabajar.

Andrés Mayo, más conocido como el violador del chándal, ya había sido sentenciado en 1991 por cometer once violaciones en Asturias y León entre 1989 y 1990. Tras cumplir la pena, se trasladó a A Coruña, donde vivía con su mujer -a la que conoció cuando estaba ingresado en la prisión de Mansilla de las Mulas- y sus dos hijos. La Audiencia Provincial lo condenó en 2009 a 73 años y medio de prisión por cuatro violaciones, cuatro agresiones sexuales -dos de ellas intentadas- y un delito contra la integridad moral. Dos años después, en noviembre de 2011, volvió a ser condenado a dos años y cuatro meses de cárcel por abordar a una joven en abril de 2004 en la calle Federico Tapia y abusar de ella.