El joven conductor que sufrió un grave accidente en A Coruña en la madrugada del sábado, en Pedralonga,grave accidenteA CoruñaPedralonga tuvo la fortuna de que en la casa contra la que se estrelló su vehículo vive un hombre que sabe cómo reaccionar ante situaciones de este tipo. "Lo de ayudar sale de uno", comenta Javier López Regos, el vecino que primero acudió para socorrerle y acompañarle hasta la llegada de los equipos sanitarios y los bomberos, lo que hizo que el herido, que ayer fue dado de alta en el Hospital Universitario, pudiera mantener la calma pese a quedarse atrapado en el vehículo.

"Estábamos en la cama y fue mi mujer la que me despertó porque yo tengo el sueño pesado", explica Javier, quien al ver el coche volcado sobre un costado al pie del edificio bajó enseguida a la calle. "El chico gritaba continuamente: 'Ayudadme, ayudadme', por lo que decidí entrar en el coche para ver cómo estaba", recuerda sobre su intervención. Pese a que del motor salía una humareda oscura, Javier no dudó en meterse en el coche, ya que estaba convencido de no corría peligro.

Su experiencia profesional como camionero y sus conocimientos de mecánica le permitieron apreciar que el humo procedía de la combustión del aceite y que se trataba de un motor diésel, en el que los incendios son muy poco habituales. "Al ver que estaba consciente, eché el respaldo del asiento para atrás y me quedé a su lado, aunque él me decía todo el rato: 'No me dejes, no me dejes', por lo que traté de calmarlo", señala.

Javier se dio cuenta de que el conductor, de tan solo 19 años, estaba atrapado por el volante, que le oprimía el pecho y le impedía sacar las piernas, por lo que estaba muy nervioso. "Intenté que se tranquilizara y le bajaran las pulsaciones porque si tenía una hemorragia le saldría más sangre", explica sobre su comportamiento con el herido, y, aunque su mujer le pasó un teléfono en el que al otro lado se hallaba el médico que se dirigía al lugar en una ambulancia y que le daba instrucciones, reconoce: "Mucho caso no le hice porque estaba muy pendiente del chaval".

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"El chico me decía que no le dejara"

María José López, su mujer, asegura que al poco tiempo llegaron la policía, los bomberos y los equipos sanitarios, pero él no sabe cuánto tuvo que esperar. "No tengo ni noción del tiempo que pasó, no sé si pasaron diez o veinte minutos", destaca. Javier lleva veinte años como profesional del volante y asegura haber visto toda clase de accidentes en la carretera, lo que quizás contribuyó a que mantuviera la sangre fría y se expusiera a auxiliar al herido.

Cuando los profesionales llegaron, extrajeron al conductor por el maletero del vehículo, ya que era imposible hacerlo por delante debido a la deformación que sufrió como consecuencia del impacto. La suerte se alió también con el conductor que se cruzaba en ese momento por la avenida de Montserrat cuando ocurrió el accidente, ya que el coche del joven derribó la barandilla que protege el desnivel existente entre la acera y la casa. Un fragmento de la barra metálica salió volando y atravesó el parabrisas del otro automóvil, aunque no llegó a alcanzar al piloto.

En el lugar del accidente no se aprecian sobre la calzada huellas de la frenada, por lo que el conductor debió perder el control del vehículo antes de estrellarse y volcar contra la casa, situada al otro lado de la calzada.