Los corredores de la prueba de 10 kilómetros de la Maratón que recorrió ayer las calles de ciudad afrontaron dos competiciones, casi consecutivas: una sobre el asfalto y otra acabando las bebidas que desde la organización se les dieron al final de la carrera. El motivo de estas prisas al beber no era otro que el de poder participar en un tiro a la canasta que, con el objetivo de reciclar, regalaba unas gafas de sol a cada "encestador". De poco sirvieron los consejos sobre beber con moderación al finalizar el gran esfuerzo físico de la carrera y muchos acabaron de penalti las bebidas para poder llegar a casa, al menos, con un premio.