El envejecimiento en Galicia discurre a varias velocidades pero avanza de forma imparable, tanto en el rural como en las ciudades. Pese a su condición de motor económico del noroeste peninsular, A Coruña no escapa a la tendencia de hacerse más anciana a cada año que pasa. Así lo reflejan las últimas proyecciones de población para 2031 publicadas por el Instituto Galego de Estadística (IGE) para el área o comarca de A Coruña, en las que se señala que la población de más de 65 años representará el 25,2% del total dentro de quince años, frente al 18,3% que representa actualmente.

La tendencia no es exclusiva de A Coruña y, de acuerdo con el informe, afecta con similar intensidad al resto de áreas urbanas de la comunidad. Tanto las comarcas de A Coruña como las de Vigo, Pontevedra, Santiago y Lugo registrarán en los próximos quince años una subida de más del 30% en su población en edad de jubilarse, tomando como referencia los 65 años que se fijan actualmente para comenzar a vivir del retiro. Los porcentajes son casi iguales en todas las áreas urbanas con la única excepción de Ourense, donde la subida prevista es del 24%. Las cosas cambian cuando se analiza cómo caerá la población más joven. Mientras que en Vigo y Pontevedra el IGE pronostica un descenso de niños y adolescentes del 23%, en A Coruña, Santiago y Ourense esta será del 12%. La comarca que mejor logrará contener este fenómeno será Lugo, con una bajada del 8,5%.

Las previsiones de la natalidad tampoco parece que vayan a valer para sacar a la comarca del atolladero poblacional. Si en 2016 nacían 7,8 niños por cada 1.000 habitantes, en 2031 la proyección señala que nacerán 5,6 por cada mil, 0,6 más de lo que en el resto de Galicia. La ausencia de descendencia llevará a que, entre los más jóvenes, todas las franjas de edad caerán. Si ahora hay 18.756 habitantes con entre 0 y 4 años, en quince años habrá 12.506. Una caída similar se experimentará en la etapa de 5 a 9 años, que pasará de 20.006 a 14.318 censados. La franja que mejor aguanta la caída es la de los jóvenes de 10 a 14 años, que en 2016 estaba en 17.591 habitantes y en 2031 bajará hasta los 17.014 censados, de acuerdo con las proyecciones del IGE.

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Los avances médicos y de asistencia sanitaria no podrán paliar, según el IGE, el incremento de la tasa de mortalidad, como consecuencia del mayor peso relativo de la población mayor. Si en 2016 esta tasa se situaba en los 9,9 fallecidos por cada 1.000 vecinos, en 2031 la previsión es que esta cifra suba hasta los 11,6.

Pero los coruñeses no solo verán en las próximas décadas menos carritos de bebé y más bastones de anciano, sino que también contarán con menos vecinos a su alrededor. Si ahora están registrados como habitantes del área un total de 462.860 persones, las perspectivas para dentro de quince años son que la población caiga en 9.453 habitantes, alcanzando los 453.407 vecinos.

Menos hogares y más pequeños

El organismo autonómico también realiza una estimación sobre cómo cambiarán los hogares de la comarca coruñesa en el corto plazo. En concreto, pronostica que a la altura de 2031 serán más pequeños, al pasar de tener 2,41 miembros a solo 2,35. Ya a nivel provincial, el estudio señala que en quince años habrá 10.000 hogares menos que ahora, alcanzando un total de 432.567, y que aumentarán aquellos unipersonales -pasan de 90.138 ahora a 91.816 en quince años- o de parejas sin hijos, que aumentarán de 85.098 a 87.148 hogares en 2031. Los de parejas con hijos pasarán de los 167.633 actuales a los 157.302.