"Ver a la grúa llevarse este quiosco fue muy emotivo, es parte de mi vida". Quien habla es José Andrés Tomé, el último regente del quiosco de la calle Fernando Macías que ayer retiró la grúa municipal después de nueve meses sin actividad. La jubilación de Tomé en agosto le llevó a echar el cierre, pero ahora la caseta dejará de formar parte del paisaje urbano del barrio.

Este punto de venta de periódicos y revistas llevaba dando servicio a los vecinos desde hace 66 años. Abierto por su madre y sus tíos en 1951, la infancia de Tomé discurrió en paralelo con este pequeño quiosco, que en un principio se encontraba en el cruce de Fernando Macías con la avenida Finisterre y en 1982 pasaría a su ubicación actual.

"Esto era un punto de encuentro. Aquí he tenido cinco pares de llaves de casas de vecinos, he quedado con los niños de algún matrimonio mientras los padres iban a algún recado... Era una especie de multiusos", afirma José Andrés.

Aunque en los últimos meses ya se había acostumbrado a dejar de ver pasar los días desde el interior de este local de cuatro metros cuadrados, reconoce que echará en falta la simple presencia de un quiosco por el que ha visto crecer a tres generaciones de vecinos de la plaza Maestro Mateo y alrededores.