La Audiencia Provincial juzgará hoy a un acusado de intentar matar a su compañera sentimental en abril del año pasado en un piso de la ciudad en el que la víctima trabajaba cuidando a una persona mayor. La Fiscalía relata en su informe sobre los hechos que el procesado se puso "nervioso y celoso" cuando su pareja recibió unos wasaps en su teléfono, ante lo que reaccionó preguntándole quién se los mandaba, al tiempo que la agarraba por el pelo y le colocaba un cuchillo al cuello.

Tras advertirle de que la iba a matar, cogió un arma blanca más grande, de 19 centímetros de hoja, y se la clavó en el abdomen "con ánimo de causarle la muerte". La mujer logró salir a la calle, donde pidió auxilio. Una ambulancia la trasladó al hospital, donde fue operada de urgencia. "Las heridas le hubiesen producido la muerte de no realizarse la intervención quirúrgica", subraya el Ministerio público en su informe sobre los hechos.

El sospechoso se encerró en la vivienda y bloqueó la puerta. Los agentes de la Policía Local intentaron abrirla y llamaron insistentemente hasta que el imputado accedió a dejarles pasar al inmueble. Los policías lo arrestaron y se incautaron de un cuchillo y una bayeta con restos de sangre. El procesado ingresó en prisión provisional sin fianza, donde permanece en la actualidad.

La Fiscalía demanda al tribunal de la sección primera de la Audiencia Provincial de A Coruña que condene al acusado a nueve años de cárcel por cometer un delito de intento de homicidio. A la hora de solicitar la pena tuvo en cuenta la agravante de reincidencia, pues el sospechoso ya fue sentenciado como autor de un delito de maltrato habitual en 2008; y en 2011 por quebrantar una orden de alejamiento. En 2011 no ingresó en prisión porque el juez le concedió la suspensión de la pena con la condición de que no volviese a delinquir en cinco años. Cuando le clavó el cuchillo a su pareja todavía no había transcurrido ese periodo, por lo que, además de la condena que le imponga el tribunal si lo considera culpable del delito de intento de homicidio, deberá cumplir los seis meses de prisión a los que lo sentenciaron en 2011.

El procesado y la víctima, según consta en el escrito de calificación, mantenían una relación sentimental desde hacía "unos ocho años" y no tenían hijos en común. "Se caracterizaba por ejercer sobre ella una situación de dominio y superioridad". Cuando la víctima recibió los wasaps en su teléfono, según la fiscal, comenzó a ponerse "nervioso y celoso, como ya venía haciéndolo durante la relación".

La Fiscalía, además de a nueve años de prisión, exige a los magistrados que lo condenen a abonar a la víctima una indemnización de 4.800 euros por los días que tardó en curar, las secuelas y los daños morales que sufre. La mujer estuvo ocho días hospitalizada y tardó en curar de las lesiones 51 días. "Las cicatrices afean su persona", indica el Ministerio fiscal.