Su curiosidad era inabarcable. Le interesaban los más diversos campos, pero le apasionaba sobre todo la Historia Medieval gallega y, en particular le cautivaba todo lo concerniente al monasterio de Monfero. Era también un especialista los linajes nobiliarios de la Alta Edad Media.

José Luis López Sangil (A Coruña, 1938-2016) no era historiador de formación sino de vocación. Su profesión era la de ingeniero industrial. Trabajó en Dragados, fue jefe de mantenimiento de Aluminio de Galicia, en el grupo galo Pechinay y en Alcoa Inespal, cuya fábrica dirigió en Galicia y luego fue director técnico para las fábricas de toda España, hasta jubilarse, en el año 2002.

Amante de la filatelia y de los ferrocarriles, López Sangil dejó una extensa biblioteca sobre arte e historia de Galicia especializada en temas medievales, con unos 4.000 volúmenes. Fueron su alimento espiritual que, unido a las fuentes documentales, dieron aliento y esencia a sus numerosos trabajos y conferencias, sobre todo sobre sus temas más recurrentes, el monacato y la nobleza, de lo cual dejó testimonio en abundante obra.

Fue miembro de la Academia Auriense-Mindoniense de San Rosendo y presidente de la Asociación Cultural de Estudios Históricos de Galicia, cuya publicación, Nalgures, de la que fue alma, le dedica su último número, en el que numerosos colegas glosan su trabajo y su persona.

Sangil procuró la colaboración entre los historiadores profesionales o del mundo académico y los historiadores aficionados. Con ese empeño impulsó la creación de la Asociación de Estudios Históricos, en la que él puso todo su empeño, junto con Santiago Daviña Sáinz, así como en la edición de Nalgures, una publicación de carácter anual, cuyo primer número apareció en 2004 gracias a su tesón.

Este último número de Nalgures, recuerdan a Sangil Manuel Carriedo, Carlos de Castro Álvarez, María Josefa Sanz Fuentes, Alberto Paraje y Benito Figueroa.

Las segunda parte del volumen está dedicada a estudios sobre la Torre de Hércules (Xosé Alfeirán), el apellido Castro de Rosalía (J. M. Bértolo Ballesteros) y gallegos represaliados en la Guerra Civil (José María López-Dafonte), además de otros de Rosario Martínez en torno a su admirada Sofía Casanova y la compositora coruñesa Eugenia Osterberger.