Como quien sabe que en el fondo de un baúl hay algo, así metió ayer las manos y las palabras la precandidata a la Secretaría General del PSOE, Susana Díaz. Lo hizo ante un auditorio que no lo es, en uno de los laterales de Palexco en los que se suelen servir los cafés en los intermedios de los congresos, y ante no más de doscientas personas. Así que, Susana Díaz rebuscó entre los recuerdos de los 138 años de historia de su partido, sacó a relucir no solo a Pablo Iglesias, al suyo, al de Ferrol, sino también a Felipe González, a Alfonso Guerra y a José Luis Rodríguez Zapatero y aseguró que se siente "orgullosa" del 100% de la historia de sus siglas.

Lejos estuvo ayer la asistencia al acto de la de los mítines socialistas en los que los militantes, simpatizantes y curiosos hacían cola para conseguir una silla bien situada en la que poder escuchar y ver sin interferencias. En una convocatoria en la que nadie se quedó de pie se dieron cita históricos del partido, como el exalcalde Francisco Vázquez, el expresidente de la Diputación, Salvador Fernández Moreda, también el exministro de Justicia Francisco Caamaño y la que fuera cabeza de lista en las últimas elecciones municipales, Mar Barcón. Otros socialistas en activo presentes fueron los concejales Fito Ferreiro y el portavoz del partido en María Pita, José Manuel García, que entró en la lista como independiente de la mano de Barcón pero que se hizo con un carné socialista avanzado ya el mandato. Muy cerca de la precandidata estuvieron la concejal de Ferrol Beatriz Sestayo, el presidente del PSOE en la provincia, Julio Sacristán, y el exalcalde de Santiago Xosé Sánchez Bugallo.

Se le nota al PSOE que no está en su mejor momento en los discursos que buscan recuperar la confianza de los votantes, de los que un día se fueron y juraron no regresar. Defendiendo su pasado, Díaz recordó ayer las becas que permitieron a las familias obreras mandar, por primera vez, a sus hijos a la Universidad con Felipe González en el Gobierno, también la ley de dependencia de Rodríguez Zapatero y la del matrimonio homosexual por la que luchó el ya fallecido Pedro Zerolo. Habló de no "acomplejarse" por pertenecer a un partido que ha abandonado la primera posición y, en ocasiones, también la segunda, cuando hay cita con las urnas.

"No nos van a acomplejar quienes avergüenzan al país con lo que está pasando [en referencia a los casos de corrupción del PP] pero, a pesar de ello, no quiero que nos voten [en las próximas elecciones] por lo mal que lo hacen ellos sino porque nosotros somos mejores", gritó ayer Díaz ante un público que aplaudía sus consignas, aunque hubiese desconectado un poco durante las presentaciones.

Díaz no quiso dejarse ayer en la manga uno de sus ases en esta carrera por conseguir la Secretaría General del partido y es que, a diferencia de sus dos oponentes, Pedro Sánchez y Patxi López, ella es mujer. Díaz aseguró que no tenía "más bandera que la de la igualdad de oportunidades" y que conseguir que una mujer ocupase ese cargo por primera vez para usarlo como trampolín "para ser la primera presidenta del Gobierno de España", dijo para recibir el aplauso de sus fieles.

"Quiero ganar las elecciones para, por fin, tener un Ministerio de Sanidad que valga para algo, que plante cara a las grandes farmacéuticas que nos hacen pagar mucho por algo que no vale tanto", explicó Susana Díaz, que ya se ve en la carrera por La Moncloa y que lanza ideas de por dónde iría su política. "Hay que levantar la bandera de las mujeres, hemos acabado con otro tipo de terrorismo, también lo haremos con el terrorismo machista", vociferó Díaz, que apuesta por dotar de medios a la ley de dependencia, por recuperar las pensiones, pero también por que las "fronteras" que delimitan las Comunidades Autónomas no signifiquen falta de oportunidades para algunos. También abogó Díaz en su discurso por ser "rebelde" no solo en la calle sino también "desde el Boletín Oficial del Estado" .

"Estamos aquí los hijos, las nietas de los que cambiaron España. Solo puedo prometeros trabajo, entrega y sacrificio", se confesó la candidata, que aseguró que se presenta como lo hace para las elecciones municipales, con la actitud de quien cree que será "alcaldesa de una gran población" para sentir "muy cerca" a los suyos.

Dijo también Díaz que España se les había "quedado chica" a los socialistas y que por eso entraron en Europa, aunque afeó a la Unión su política con los refugiados y volvió a arengar a los militantes para "volver a levantar el PSOE". "Cuando nos acerquemos a contar nuestras ideas a los ciudadanos nos escucharán porque somos el PSOE, porque tenemos una historia", dijo Díaz, convencida de que 138 años no se borran de golpe.

Díaz se remontó a sus orígenes y relató que es "hija de fontanero y ama de casa" y que habían sido las desigualdades de los dos lados de su calle las que le había hecho entrar en política y esperar hasta los 18 años para poder afiliarse al PSOE. Entonces, dos compañeros avalaron su conducta de "buena socialista" y, asegura, con cada decisión que toma intenta no fallar a los que le dieron, entonces, su confianza.

La abogada Inés Rey, como sus compañeros, apostó por "recuperar el PSOE", por revivir aquellos años gloriosos de mayorías absolutas en las urnas y cambios en la sociedad y el alcalde de Cariño, José Miguel Alonso, auguró que, si gana Susana Díaz "se acabaron las gestoras" porque el partido volverá a a ser "fiable y valiente" con "orden y respeto". No acudieron a la cita con la precandidata ni el presidente de la Diputación, Valentín González Formoso ni las concejalas socialistas Yoya Neira y Silvia Longueira (ellas manifestaron su apoyo a Pedro Sánchez). Los afectados del accidente del Alvia entregaron ayer a Díaz un DVD con el documental Frankenstein-04155, para que pida una comisión de investigación y se depuren responsabilidades. La precandidata prometió estudiarlo.