Los expertos en demografía acostumbran hablar de la inmigración como la tabla de salvación de las sociedades europeas frente al envejecimiento estructural que padecen sus poblaciones desde hace décadas. En el caso de A Coruña, el antídoto está yendo a menos, al menos durante los últimos años. La población extranjera que reside en el municipio cayó un 19% entre 2012 y 2016, según revelan los últimos datos demográficos hechos públicos por el Instituto Galego de Estatística (IGE). A Coruña pasó de tener en censados en 2012 a 12.971 ciudadanos nacidos fuera de las fronteras administrativas de España a solo 10.448 el pasado año.

La mayor caída se produjo en el distrito de A Grela-Bens-O Ventorillo, donde la presencia de extranjeros se desplomó un 36,65%. A esta área le sigue otro barrio donde la población inmigrante tiene un peso importante, como es el caso de Os Castros-Elviña-O Castrillón, donde la cifra bajó un 27,33%, pasando de 2.100 ciudadanos extranjeros censados a 1.526. Le sigue la zona de Eirís-As Xubias-Zapateira, con una caída del 24,59%, y Riazor-Labañou-Os Rosales, con un 24,12% menos.

En cuanto a los orígenes de la población extranjera de la ciudad, los datos no reflejan un gran cambio con respecto a hace cuatro años. De los 10.448 extranjeros registrados, 4.770 proceden de Iberoamérica, siendo el mayor contingente el de los brasileños, con un total de 755 personas procedentes de este país. De entre las naciones de América Latina, le siguen los colombianos, con 561 residentes, y los peruanos, con 548 vecinos. El segundo contingente de inmigrantes, por continente, lo ocupan los europeos, con 3.251 vecinos; los africanos, con 1.615; y los asiáticos, con 796 personas, la mayor parte de ellos procedentes de China. En el apartado más exótico de ciudadanos de Oceanía y apátridas, apenas están registrados 16 personas.

Los datos también reflejan algunas tendencias curiosas en cuanto a cómo se distribuyen los extranjeros a la hora de asentarse en los barrios de la ciudad. La zona de Sagrada Familia-Os Mallos, con 2.200 inmigrantes, y el Agra do Orzán, con 2.111, se mantienen a la cabeza del ranking de barrios más acogedores en cuanto a número de vecinos foráneos. También tienen un peso importante en Os Castros-Elviña-O Castrillón, donde los datos del IGE recogen la presencia de 1.526 personas sin nacionalidad española, si bien en este último barrio el peso relativo de esta población es de los más bajos de la ciudad, a diferencia de lo que ocurre en Agra o la Sagrada Familia.

Pero en función de la nacionalidad, también puede haber cambios. Los ciudadanos africanos, y concretamente los senegaleses, optan mayoritariamente por el Agra do Orzán como zona para residir. Allí viven un total 395 nacidos en Senegal, lejos de los 167 que moran en la zona de Sagrada Familia y Os Mallos. Sin embargo, este barrio sí es el preferido para la mayoría de los latinoamericanos, ya que en él viven 1.052 ciudadanos de este subcontinente. Le sigue el Agra do Orzán, con 923, una cifra muy lejana a la que se registra en otras zonas de la ciudad más potentadas, como es el caso del Ensanche-Cuatro Caminos, donde solo viven 412.

Los europeos, ya sean procedentes de la Unión Europea o de países del este como Ucrania o Rusia, se establecen de forma más homogénea por la geografía urbana coruñesa. De acuerdo con los datos del IGE, el barrio más habitado por estos extranjeros es Monte Alto, con 477 vecinos, seguido de Os Castros y Elviña, con 461. Los asiáticos, principalmente ciudadanos chinos, se asientan mayoritariamente en la Sagrada Familia (138) y en el Agra do Orzán (105).

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