La Plataforma por la Igualdad y contra la Violencia de Género de O Castrillón-Urbanización Soto organizó el pasado martes una charla en la que Mabel Pérez Simal, responsable de Igualdad en Comisiones Obreras de Galicia, habló sobre el acoso sexual en el trabajo. Esta experta considera que los protocolos de prevención en las empresas son la mejor fórmula para luchar contra el problema.

- ¿Qué diferencia al acoso laboral del sexual en el trabajo?

-El acoso laboral es cualquier situación de intimidación, exceso o falta de carga de trabajo y cualquier fórmula para menospreciar a un trabajador, hombre o mujer. El acoso sexual en el trabajo es violentar a una persona con insinuaciones o una intención de carácter sexual. Y además está el acoso por razón de sexo, que es ejercido contra mujeres que ocupan una jefatura y tienen dificultades para que sus subordinados varones admitan su autoridad, sobre todo si la mujer es joven. Este acoso se produce incluso entre personas de la misma categoría simplemente porque no se aceptan mujeres en categorías tradicionalmente masculinas y se les hace el vacío.

- ¿Es un problema que existe desde siempre pero del que se habla desde hace poco?

-Esa es la clave del tema, porque el acoso está absolutamente silenciado. Mi tesina de fin de máster en políticas de igualdad fue sobre la prevención del acoso sexual por razón de sexo y no encontré ni una sola estadística en España sobre cuántas mujeres habían sido víctimas de acoso. Solo encontré una estimación del Instituto de la Mujer de 1996 que hablaba de que un 15% de las trabajadoras podían haber sido víctima de acoso, lo que entonces suponía 1,5 millones de mujeres.

- ¿Esto se deriva de la falta de denuncias?

-Esa falta de datos es porque hay poquísimas mujeres que denuncian en el juzgado y ni siquiera dentro de las empresas. Es una situación que las mujeres viven muy mal, ya que temen que derive en la pérdida del puesto de trabajo y en tener problemas con su pareja. En la mayoría de los casos se callan y aparecen las depresiones y la ansiedad.

- ¿Ha habido aún menos denuncias con la crisis económica?

-Claro, y estoy convencida por mi experiencia, de que hubo mayores niveles de acoso porque en cuanto el puesto de trabajo es más valioso y el miedo a perderlo es mayor, la capacidad de algunos empresarios y mandos intermedios para ejercer presión también es mayor.

- ¿Hay mecanismos legales suficientes para impedir el acoso?

-Está recogido en el Código Penal y se castiga con penas de dos a ocho años de cárcel, así como en el Código Civil y el Estatuto de los Trabajadores.

- Pero el problema será encontrar pruebas.

-El acoso vulnera un derecho fundamental, por lo que solo hay que presentar indicios, ya que aquí se aplica la inversión de la carga de la prueba y es el acosador el que tiene que probar que no acosa. Con aportar indicios es suficiente para iniciar un proceso.

- ¿Animan los resultados judiciales por acoso a denunciar?

-Son muy pocos los casos que llegan a los juzgados, pero lo que desanima más no es el resultado del juicio, sino que todo esto sea público. Hay que recordar el caso del que fue alcalde de Ponferrada, el llamado caso Nevenka, que fue muy llamativo, en el que la víctima tuvo que irse del pueblo.

- ¿No hay forma de que se haga de una forma más discreta?

-Sería lo ideal. Mi conclusión es que a través de la negociación de los convenios, en todas las empresas y sectores tiene que aprobarse un protocolo de prevención del acoso sexual y por razón de sexo, que tiene que recoger qué es acoso y qué conductas se entienden por acoso. También tiene que haber una declaración de la empresa que diga que no va a tolerar ningún tipo de acoso, así como un protocolo para la resolución de conflictos en el que solo tres personas traten estos temas con absoluta discreción. Ha habido casos en A Coruña en los que se trataron estos casos con esos protocolos y la plantilla no se enteró.

- ¿Están sensibilizados los empresarios con este problema?

-Ya lo estuvieron menos. Estoy en una comisión autonómica del Consello Galego de Relacións Laborais y este tema lo hablamos desde hace años. Hoy hay mayor receptividad de los empresarios, ya que hay alguna sentencia que responsabiliza al empresario por no haber puesto medidas para impedir el acoso. También hay otro fallo judicial en el que juez valoró la existencia de un protocolo de prevención en la empresa.