A Coruña se está convirtiendo en el escenario preferido de Pedro Sánchez para digerir las resacas de sus debates electorales. Aquí dio su primer mitin después del encuentro televisivo con el resto de candidatos en la campaña de las generales de 2015 y aquí vino ayer tras el debate a tres que celebró por la mañana en Ferraz con Patxi López y Susana Díaz, sus rivales en el proceso de primarias para elegir al nuevo secretario general de los socialistas, que se zanjará este domingo.

Más de medio millar de personas se juntaron en los jardines de Méndez Núñez para recibirlo, dejando cortos los escasos 200 afiliados y simpatizantes que hace dos semanas habían acompañado en un acto en Palexco a su principal contrincante, Susana Díaz. Con su lema de campaña Sí es sí detrás de un discreto atril custodiado por el monumento a Curros Enríquez, Sánchez hizo aparición en el acto al son de la canción Color esperanza y protagonizando un desfile de besos y abrazos con los adeptos a su candidatura. Entre las caras conocidas que lo arropaban se encontraban las concejalas Yoya Neira y Silvia Longueira -el edil José Manuel Dapena, que había mostrado su apoyo a Patxi López, también hizo acto de presencia en el mitin-, la exconcejal en tiempos de Francisco Vázquez Carmen Marón, o la actual presidenta de la gestora del PSdeG, Pilar Cancela. Esta última presenció el acto desde una discreta última fila, siendo este el primer mitin de estas primarias en el que se la ve, tras haber prometido neutralidad en el proceso.

Antes del candidato, tomaron la palabra la secretaria general del PSOE de Cerceda, Silvia Fraga, quien reclamó un partido que no pretenda vivir solo "de los recuerdos" y que hable "sin paños calientes" de los errores cometidos en el gobierno. También usó el micrófono Eva Martínez, militante de la agrupación socialista coruñesa, que criticó que el PSOE haya "desdibujado" su ideología en los últimos años, y Diego Taibo, concejal en Culleredo, quien puso el foco sobre algunos de los conflictos laborales latentes en la ciudad, como Extel, Alcoa o la fábrica de armas.

Una vez sobre el escenario, y después de recibir como obsequio dos ramos de rosas rojas, Pedro Sánchez sacó a pasear su relato sobre la "encrucijada histórica" que vive el PSOE después de más de medio año dirigido por la Comisión Gestora que propició su "derrocamiento" como secretario general en octubre del pasado año. "Apelo al voto y a la participación para que dejemos atrás el PSOE de los notables y abramos las puertas al PSOE del siglo XXI, de la militancia", aseguró ante la ovación de los asistentes.

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Pedro Sánchez visita A Coruña antes de las primarias del PSOE

Su concepto de nuevo partido pasa por facilitar las consultas a los afiliados, estableciendo la obligatoriedad de realizar consultas a las bases sobre los acuerdos poselectorales. "Como hacía Pablo Iglesias", exclamó en alusión al ferrolano que fundó el partido en 1879. El giro a la izquierda dado por Sánchez en estas primarias también le ha llevado a hacer guiños al 15-M, movimiento que ayer estaba de aniversario, entrando en un terreno simbólico que hasta ahora solo había monopolizado Podemos y sus organizaciones afines. "Allí había muchos jóvenes de nuestras juventudes", afirmó el exsecretario general tras proponerse como meta "liderar" muchas de las reclamaciones de aquel estallido social, al menos las referidas a poner fin a las puertas giratorias o a la creación de nuevos mecanismos de participación ciudadana.

Sánchez también entonó el dicho de "menos mal que nos queda Portugal" y llamó a seguir el ejemplo de los socialistas lusos, que buscaron acuerdos con la izquierda parlamentaria para conformar un gobierno que está despertando el interés de media Europa. "Tenemos que elegir o por la vía portuguesa o por la de la gran coalición, que nos hará languidecer con la derecha", sentenció el candidato, que puso el broche al acto cantando, entre puños en alto, La Internacional.