El concurso de ideas para definir cómo será la reforma de la plaza de Monte Alto, cuya obra por fases comenzará en 2018 tras la redacción del proyecto de ejecución el próximo semestre, dio como ganador el diseño del arquitecto Alejandro Álvarez. Plaza superior, mercado municipal, escuela infantil, aparcamiento público y locales de entidades se verán afectados por una remodelación demandada largo tiempo por vecinos y usuarios de la zona.

- Quienes reclaman la reforma insisten en que la plaza está desaprovechada. ¿Lo ven así los arquitectos?

-Las construcciones y cambios que se han ido sucediendo, unidos a su gestión, probablemente no han favorecido a desarrollar todo su potencial. Este vacío, su luz y su mínima ocupación es fundamental para que Monte Alto respire. La nueva propuesta y sus usos se someten al espacio público que quiere generar. Además, deberían ayudar a la reactivación de los locales de las calles perimetrales, que son su necesario complemento.

- ¿Qué problemas principales presenta la plaza, sin apenas mejoras desde su inauguración en los años ochenta?

-La plaza de la parte baja está aislada entre la rampa de entrada al garaje que hace de trinchera y la escuela infantil, que la cierra y ensombrece. La planta del mercado municipal está muy cerrada, tiene poca visibilidad e incómoda la conexión con las calles laterales. Y la soleada plaza de Monte Alto, al margen de acabados, está bastante fragmentada y le falta continuidad con las calles.

- ¿Qué aspectos quiere potenciar el proyecto?

-El acercamiento del mercado a la calle y viceversa. Para ello se plantean su máxima apertura en tres de sus lados, accesos directos de las calles laterales y diferentes tipos de cierres traslúcidos en función del clima y los horarios. La plaza deberá recuperar su centralidad e incrementar su intensidad de uso gracias a todo lo que sucede en ella: la escuela, la cubierta-marquesina, el ascensor urbano... Tanto en la plaza como en el mercado, se intentan multiplicar la posibilidad de encuentros, por eso es todo tan abierto, rebasable y con tantas hipótesis para ser atravesado, incorporando a su paso diversos espacios estanciales.

- Las imágenes virtuales muestran bastante espacio abierto en la plaza elevada y la del mercado. ¿Con qué recursos se va a aprovechar este espacio?

-El espacio abierto frente al mercado servirá como plaza intermedia y contempla la extensión del mismo hacia esta zona soleada por medio de toldos o algo similar. La plaza superior es un gran balcón con leve pendiente, compuesta por la escuela con patio vegetal superior, arbolado en los lados y con una gran zona cubierta hacia la avenida de Hércules. La plaza no creo que haya que especializarla, debería ser un soporte de usos inesperados y su aprovechamiento dependerá de nuestra imaginación para usarla.

- Tampoco las imágenes muestran zonas verdes en una zona de la ciudad con escasa vegetación.

-Se proponen plantaciones en el perímetro de la excavación existente, donde los árboles se puedan desarrollar y existe sustrato. Con mayor intensidad en dos lados, la avenida de Hércules y la nueva calle peatonal pintor Joaquín González. Además, la cubierta de la escuela infantil cuenta con amplias jardineras para plantar trepadoras y huertos sobre el invernadero de la zona sur de la escuela.

- La obra irá por fases. ¿Es una reforma complicada o larga?

-La reforma se programa por fases para que tanto la escuela como el mercado puedan mantener su actividad. Las demoliciones se limitarán a los sucesivos añadidos que ha tenido el proyecto original, que era de gran claridad. La estructura se aprovecha prácticamente por completo y se amplía en el nivel del mercado que éste crezca y se extiende en todas las direcciones. Los tiempos serán mayores, pero la obra no tiene por qué ser larga.

- Usted se encargó junto a Felipe Peña de la recuperación del Campo da Leña, y el Concello comparó una zona con otra en cuanto dio a conocer el fallo de Monte Alto. ¿Se tomará una como referencia de la otra?

-Aquello fue una oportunidad para prestar atención a los espléndidos olmos, eliminar tráficos innecesarios y evitar la fragmentación de los espacios. Aquí nos faltan los olmos.