"Elegí un cuadro de Miró porque me gusta mucho, es tan colorista, es como un poeta de la pintura", explica Lourdes sobre su elección de una obra de la colección de la Fundación María José Jove para elaborar su propia versión en el curso en el que participa. "Yo preferí Madonna con rosa mística, de Dalí, porque me recuerda a mi madre, que ya no vive", señala su compañera, Vanesa, aunque a Lourdes la Virgen que aparece en esa obra le parece "muy fea aunque muy bien dibujada, ya que no tiene pelo, pestañas o cejas", por lo que le recuerda a las estampas antiguas.

Lourdes y Vanesa son usuarias del Hogar de Santa Lucía, una de las entidades sociales que participan en el programa hablar conARTE, puesto en marcha por la Fundación María José Jove para acercar a la expresión artística a personas con diversidad funcional o en riesgo de exclusión. Las ocho mujeres que realizaron el curso y sus organizadores quedaron tan satisfechos de los resultados que decidieron llevar a cabo una segunda fase, destinada a efectuar una interpretación personal de un cuadro de los que se exhiben en la sede de la fundación.

La primera fase del curso, que constó de seis sesiones de dos horas de duración, abordó el estilo surrealista en la pintura como vehículo de expresión y para ello se emplearon las obras de tres artistas gallegos: Urbano Lugrís, Maruja Mallo y Eugenio Granell. Los motivos que aparecen en las creaciones de estos pintores fueron utilizados para componer un collage en el que son fácilmente reconocibles en el mural elaborado por las ocho mujeres.

"Me gusta mucho porque estudié Diseño Gráfico y después no volví a estar con esas cosas, por lo que ahora me recuerda lo que había aprendido y mis años jóvenes", comenta Lourdes sobre su experiencia en el curso. "Me gusta ver los cuadros, hacer collage y todo lo que tenga que ver con plástica y el arte", añade, al tiempo que alaba la labor de la responsable del taller, a la que llama "profesora", por las explicaciones que les da sobre los artistas y sus creaciones.

"Me encanta el curso porque me encuentro muy bien aquí, salimos un poquito del hogar y nos distraemos y hacemos algo distinto", destaca Vanesa, para quien trabajar en estas actividades le resulta sencillo gracias a su experiencia con la manualidades. "Tenía muchas ganas de venir", afirma sobre esta iniciativa, de la que asegura que le permite "abrirse más a la gente". Vanesa pone de relieve además los conocimientos artísticos de Lourdes, su compañera, de la que dice: "Ella es la experta, ella sí que sabe".

Lourdes reconoce que su formación le hace más fácil el curso y que ayuda a sus compañeras en lo que puede. "Me encanta el mar en los cuadros de Maruja Mallo, aunque nosotras lo vemos poco", comenta. Pese a que habían participado en el Hogar de Santa Lucía en otras actividades, considera que este curso es "diferente porque es arte, estamos en una galería de arte con pintores de renombre". "A mí no me gusta Dalí por los motivos de sus cuadros, pero dibujaba tan bien, era tan perfeccionista, hace unas sombras?", señala sobre este artista.

Ahora, en la segunda fase del curso, tras haberse decantado por una obra de Dalí y una de Miró, Vanesa y Lourdes tratarán de hacer su propia versión con acuarelas o acrílico. "Nos preguntaron si sabíamos leer el cuadro y qué nos inspiraba", recuerda Lourdes, a lo que Vanesa añade que intentará hacer un montaje con el ordenador porque aprendió esta técnica en unos cursos y le gusta mucho.

También Lourdes valora la experiencia personal que le ha supuesto este curso. "Te vuelves más humana, te acercas más a la gente y la profesora me hacerme sentirme bien porque nunca nos riñe", explica entre las risas de su compañera, que comenta lo bien lo que le sienta el café que les dan en el curso, que Lourdes considera indispensable. "Me hace sentirse como en casa, lo agradezco mucho", asegura.