El Gobierno municipal priorizará a aquellas personas que vivan solas y en una situación económica desfavorable a la hora de instalar los sistemas de detección de incendios en viviendas de particulares. El Concello proyecta colocar un total de 100 dispositivos en hogares privados para mejorar la seguridad de aquellas personas más vulnerables a la hora de ser víctimas de un incendio, bien por cuestiones de movilidad, de edad, por el mal estado de su vivienda o por otras patologías, como el síndrome de Diógenes.

Este sistema ha sido adjudicado a Chubb Iberia por 50.000 euros después de que el PP, con el apoyo del PSOE, lo introdujera en el presupuesto municipal de 2016. El equipamiento permitirá detectar el fuego en una casa mediante el humo o la subida de la temperatura, lo que enviará una señala de aviso a la central del parque de bomberos. La activación de la alerta también se podría realizar manualmente y podría darse el caso de que se instalase una señal acústica en el exterior de la vivienda para avisar a los vecinos. La única exigencia para beneficiarse de este sistema es tener en casa línea telefónica fija para su conexión con la central de alarmas.

La selección de los hogares que contarán con este sistema será llevada a cabo por los técnicos de Servicio de la concejalía de Xustiza Social e Coidados y, en segundo lugar, por el área de Seguridad del Concello. El plazo de puesta en funcionamiento del sistema será de seis meses, a contar desde el momento en que el cuerpo de Bomberos tenga constancia del listado de viviendas en las que se van a instalar estos dispositivos y lo comunique a la empresa adjudicataria de la instalación. La Jefatura del Cuerpo de la Policía Local se encargará de supervisar y vigilar el cumplimiento del contrato, así como proponer al órgano de contratación la imposición de sanciones y penalidades.

El Gobierno local asegura que los servicios de emergencias vienen detectando desde hace un tiempo la existencia de incidentes relacionados con el fuego que, aunque en un inicio no debieran de suponer riesgos importantes de propagación, al llegar al lugar de los hechos sí se han extendido, afectando a otras personas residentes en el edificio. Con este sistema se busca mejorar la rapidez con que se responde a estas emergencias, ya que actualmente la voz de alarma llega tarde y de mano de algún vecino, cuando la humareda ya es muy evidente.

Dado el estado de las viviendas y la realidad de los vecinos que las habitan, el sistema que se instale en las viviendas recibirá un mantenimiento y control por parte de la empresa adjudicataria, que también deberá solucionar las averías y problemas de funcionamiento durante el tiempo que dure la garantía del sistema y de los equipos. El adjudicatario será quien montará y pondrá en funcionamiento el sistema de detección de incendios.

Este sistema no es nuevo y ya son varias las administraciones públicas que, bajo recomendación de los servicios de Bomberos, han invertido en este tipo de sensores. La Diputación provincial de Castellón, por ejemplo, habilitó el pasado año más de 250 dispositivos de detección de incendios. En el caso de A Coruña, el objetivo es instalar uno o dos detectores, como mínimo, en cada uno de los inmuebles, adaptando la sensibilidad a la situación de la casa y el inquilino.

Este programa había sido una promesa electoral del PP en los comicios de 2015, que lo había bautizado como Smart Angel. Los conservadores finalmente lograron introducirlo en las cuentas municipales de 2016. La promesa inicial de los populares era invertir en esta materia 1,5 millones de euros para instalar 5.000 dispositivos de este tipo, mientras que la enmienda permitirá colocar 100, en principio.

El alcalde, Xulio Ferreiro, había anunciado por primera vez que pondría en marcha esta iniciativa de 100 detectores de incendios en septiembre del pasado año, en el marco de la presentación de la XI Semana da Prevención.