Las calles de Troncoso y Riego de Agua fueron las elegidas por la Concejalía de Mobilidade Sostible para iniciar las tareas de señalización mediante chinchetas metálicas que delimitan las terrazas de los bares y restaurantes. Una iniciativa que se llevará a cabo en 34 calles de la zona centro de la ciudad y que ha generado una división de opiniones entre vecinos y hosteleros que ayer presenciaban la colocación de este nuevo sistema.

El Gobierno local ha elegido estas vías "caracterizadas por su alta ocupación", pero en locales como A Nova Ría, en Troncoso, no comparten esta diferenciación. "Hay casi 4.000 terrazas en la ciudad así que o todas o ninguna. Yo acepto esta delimitación pero si lo hacen en todas partes", declara Eva Vázquez, que cree que el Concello debe "exigir a todos lo mismo" y no solo a unos pocos. "Sé que las aceras son para los peatones pero nosotros no ocupamos toda la vía y además recogemos las terrazas por la noche mientras que en zonas como la plaza de España no lo hacen", denuncia.

No es la única que cree que en esta calle próxima al Ayuntamiento hay "espacio suficiente" para dejar pasar a vehículos de emergencia. "Nunca hubo dificultades, pasan los coches perfectamente. Hay señoras que viven aquí y que por el día van a una residencia y las recogen y las dejan en casa sin problema", comenta Manuel Santos, de A Roda. Este hostelero no entiende por qué el Gobierno local ha comenzado por esta zona a marcar el límite para las sillas y las mesas cuando "hay otras calles que lo necesitan más". "Aquí ahora hay tres metros entre un local y otro. No es necesario". Además, Santos alega que si algo ocurriese, los propietarios de los bares harían lo posible para permitir el paso. "Estamos aquí y podemos mover las sillas si hace falta", añade.

Vecinos y transeúntes que se pararon a analizar la situación mientras los operarios medían con precisión los espacios de los locales se quejaban de la falta de espacio en algunas calles, en las que "es imposible pasar con una silla de ruedas o un carrito de bebé", según decía Antonio Ares. Este coruñés cree que la colocación de chinchetas es "mejor para todos" y considera que los bares deberían aprovechar "el espacio que tienen dentro". No comparten esta opinión en la parrillada A la piedra, donde creen que "en A Coruña el verano dura dos meses y los locales viven de las terrazas en esa época". "Estamos pagando impuestos y no me parece normal. Es una acera muy ancha y si hace falta espacio, se hace al momento". Otros de los hosteleros que presenciaron ayer el trabajo de instalación de esta medida manifestaron su aprobación, ya que no les afecta. En el bar Malpica, Sonia Campelo aclara que van a "seguir usando el mismo espacio que antes". "El sitio del que disponemos es más que suficiente". Comentaban lo mismo en O'Sampaio, en Riego de Agua, que también tiene terraza hacia la Marina. Diego Vázquez explicó que cree que "es más necesario en otras zonas como la Estrella o los Olmos" pero asumen el cambio. "Se reduce parte de la terraza pero tampoco es para tanto".

Pilar Naya más que criticar esta iniciativa, invita al Ayuntamiento a "fomentar que abran locales en otras zonas donde no hay problema, como iban a hacer en O Parrote". Esta vecina denuncia que hoy en día "los bares ocupan toda la acera" y eso "impide el paso a los peatones". También José María Fernández considera que es importante que "ambulancias y bomberos" puedan acceder a las calles sin problemas, pero ve "una machada" la señalización con chinchetas en la zona centro de la ciudad. "Es una lástima que se tenga que llegar a esto", agrega. En quince días, estarán colocadas en 34 calles.