El joven brasileño Anderson Quintiliano, de 28 años, aprendió música a los 6. Primero la flauta, luego la viola... Al principio de forma autodidacta aunque ahora perfecciona sus conocimientos acudiendo a clase. Vive en Santa Cristina y dice, con orgullo, que viene de una familia de músicos. En su repertorio caben los últimos éxitos comerciales del verano y con ellos, y un aporte de distinción instrumental, ameniza las tardes a quienes pasean estos días por el centro de la ciudad.