- ¿Qué han supuesto estos dos años de Gobierno de Marea?

-Son dos años perdidos para la ciudad. Es cierto que es un gobierno en minoría, pero se desperdiciaron un montón de momentos en los que era necesario haber acordado políticas de importancia estratégica. También hubo un exceso de conflictividad institucional y política por un frentismo buscado intencionadamente y que entorpece la gestión a nivel autonómico, estatal y portuario. Faltó un ejercicio de conciliación más importante y sobre todo reconocernos un estatus, porque había que saber administrar que hubiéramos permitido un gobierno en minoría.

- ¿Existe desconfianza mutua entre el PSOE y Marea?

-No es tanto desconfianza. La ciudad funciona desde la Junta de Gobierno Local, en la que la oposición está con voz pero sin voto y se toman casi todas las decisiones. Solamente en las que se toman en el pleno pretenden contar con otras fuerzas, especialmente con el PSOE. Eso está bien, pero hay que negociarlas previamente y cuando hemos hecho acusaciones de frentismo es porque nos pusieron documentos cerrados encima de la mesa diciendo que hay votar a favor o en contra de ellos. Es un victimismo buscado que ha cambiado un poco en las últimas semanas, pero no sustancialmente.

- ¿Puede abrir un nuevo camino el acuerdo sobre los beneficios de Emalcsa?

-Estamos donde estábamos. Si hay una negociación previa, con el PSOE pueden contar. Ese es el discurso ahora y siempre. Sin esos acuerdos que hacen que todo funcione, la ciudad acaba bloqueándose, y eso se nota. Eso pasó con Emalcsa, ya que incorporaron sus beneficios al presupuesto de manera unilateral y sin aprobarlo en el consejo de la empresa, en el que no tienen mayoría. Luego alcanzamos un acuerdo para hacer una modificación de los ingresos con un reparto que generará utilidad para la ciudad.

- ¿Perjudica la situación interna del grupo al hacer oposición?

-El debate forma parte del ADN del PSOE. Tenemos planteamientos que consensuamos porque a veces hay puntos de vista diferentes, pero cuando se toma una decisión, el grupo es un bloque. Eso lo que hace es enriquecer el debate interno, no creo que nos perjudique en la relación con Marea.

- Usted llegó a la política gracias a Mar Barcón, que acaba de anunciar su marcha de la política. ¿Se planteó la renuncia?

-Todos los que conformamos la lista electoral de 2015 los propuso Mar Barcón. La política me gusta y estamos haciendo un trabajo de utilidad para la ciudad. Su decisión es una pérdida importante porque es un activo político de primer nivel y una persona que lleva la ciudad en la cabeza, pero nadie de los que fuimos en la candidatura se plantea que si se va Mar desaparece la candidatura.

- ¿Influirán en A Coruña las primeras decisiones de la nueva Ejecutiva federal?

-Las conclusiones del congreso federal son un referente para todos, pero en ese documento no hay unas instrucciones directas para las políticas municipales, por lo que bajo nuestro punto de vista no deberían interferir en los ámbitos municipales en ninguna parte de España. Yo creo que el grupo municipal no va a variar y tendrá que seguir concienciando a Marea de la importancia de la conciliación.

- ¿Dónde hay más diferencias, en las políticas o en su gestión?

-La gestión de Marea es deficiente en un montón de campos. Dicen que en vez de gestión tienen honestidad, pero creo que honestos somos todos. Son además muy precipitados al implementar políticas que muchas veces tienen un marchamo partidista, pese a que hay políticas de ciudad que precisan una mayoría suficiente en el pleno.