Teniendo en cuenta que Juan Galdo (Ferrol, 1940) inició su formación como pintor con quince años en el taller de Ricardo Segura Torrella, y que poco después se marcharía a estudiar a París con el maestro Jean Venitien durante varios años, resultaría bastante extenso detallar toda su trayectoria artística. De todos modos, creo que es importante que se conozca que Galdo, en el último medio siglo, ha realizado casi un centenar de exposiciones, que ha mostrado su obra en diferentes ciudades y países del mundo, que sus pinturas se encuentra en numerosas colecciones e instituciones, además de haber recibido numerosos premios. Pero a mí, lo que más me interesa de este veterano artista ferrolano -algo que lo diferencia de la mayoría- es su atrevimiento y su fuerza en el uso del color, lo que lo sitúa, desde mi humilde punto de vista, entre los grandes paisajistas de la pintura gallega.

En aquel momento, hace más de veinte años, yo intuía que el artista ferrolano trataba de solucionar este complejo proceso de explicar las dificultades con las que se encontraba para aplicar determinados colores en sus pinturas de naturaleza. Para Galdo, la combinación de colores tan fuertes y puros como el rojo, el amarillo o el naranja, suponía trasladarnos su mirada emocional y su percepción de la naturaleza sin ningún tipo de pudor, y comprendiendo que su intervención podía ser entendida por algunos como arriesgada o subversiva. Pero sin embargo, también ha sabido atenuar la fuerza del color para mostrarnos una serie de paisajes más ligeros que se aproximan a la abstracción y que últimamente vemos en su estudio.

En estos tiempos de incertidumbre como los que estamos viviendo, son muchos los que buscan refugio en donde tradicionalmente solíamos encontrarlo? El arte cumpliría también esta función, pero no el sentido de refugio o de evasión, sino de auténtica salvación. Esta concepción "salvadora" del arte yo la percibo en la idea de naturaleza que Juan Galdo nos ha querido transmitir, una naturaleza mucho más exuberante y menos aburrida expresada en colores más intensos y menos convencionales. Se trata casi de una acción terapéutica que nos hace más felices. ¡Muchas gracias Juan por tu empeño!