El poliducto que construirá Repsol para transportar la materia prima y los productos elaborados entre punta Langosteira y la refinería será el principal inconveniente que tendrá que resolver el proyecto de conexión ferroviaria del puerto exterior, según la declaración de impacto ambiental aprobada por el Ministerio de Medio Ambiente. En la resolución publicada ayer en el Boletín Oficial del Estado se indica que el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) y Repsol deberán "buscar la mejor solución para ajustar ambos trazados", así como para "coordinarse" durante el desarrollo de las obras.

La compañía energética todavía no presentó el diseño definitivo del poliducto, ya que el pasado mes de febrero terminó el plazo de presentación de alegaciones y los afectados están a la espera de que sean resueltas. Repsol tendrá además que acelerar los trámites para poner en marcha esta conducción, imprescindible para el funcionamiento de sus instalaciones en Langosteira, que deberán estar en servicio a lo largo del próximo año, según la última previsión hecha pública por la Autoridad Portuaria.

Los trazados del enlace ferroviario y del poliducto convergen en las proximidades del puerto de Suevos, junto a la autovía de acceso al puerto exterior. La proximidad de estas tres infraestructuras hará compleja la construcción de las dos que aún deben construirse, por lo que en la declaración de impacto ambiental se advierte que su diseño tendrá que hacerlas compatibles. El documento detalla además que durante la construcción del tendido ferroviario "se debe considerar el grado de ejecución" de la conducción que utilizará Repsol para limitar las voladuras que sean necesarias en estas obras si ya se encuentra en funcionamiento.

Para que el tren a punta Langosteira comience a construirse aún es necesario disponer de su proyecto de ejecución, que se presentará este verano. Luego habrá que licitar las obras, pero para ello antes habrá que saber cómo se financian, aspecto sobre el que la incógnita es total, ya que el Ministerio de Fomento y la Unión Europea descartaron incluir esta actuación entre las que recibirán sus fondos. Esto hace sospechar que cuando las máquinas que instalen los raíles que llegarán a Langosteira pasen por Suevos, el poliducto de Repsol ya esté en activo, lo que obligará a la adjudicataria de las obras a tomar precauciones para no dañar esa infraestructura.

Otro de los aspectos destacados por la declaración de impacto ambiental son las medidas correctoras que deberán adoptarse para manejar las enormes cantidades de residuos que se generarán en la construcción del enlace ferroviario, en especial en la perforación de los túneles. Para evitar el vertido incontrolado de esos materiales, se ordena que sean empleados de forma prioritaria en la propia obra para acondicionar áreas degradadas o rellenar taludes. Los residuos sobrantes se destinarán a labores de relleno en el puerto exterior y, en caso necesario, los que no puedan ser destinados a los dos fines anteriores serán depositados en dos vertederos localizados en el municipio de Arteixo, con una superficie de 55.497 y 138.056 metros cuadrados respectivamente y una capacidad para acoger 100.000 y 262.300 metros cúbicos. El estudio prevé que el total de residuos producidos en las obras que deberán ser trasladados alcanza los 500.000 metros cúbicos.

A lo largo de todo el trazado de la conexión ferroviaria deberán tomarse medidas preventivas para evitar los ruidos y las vibraciones que afecten a los habitantes de los núcleos de población, por lo que se prohibirán todas aquellas actividades que causen trastornos de este tipo entre las 21.00 y las 08.00 horas. La ubicación de una vivienda unifamiliar en el lugar de Vío, en el municipio coruñés, a tan solo 27 metros del punto por el que discurrirá la vía del tren hará necesario tomar medidas especiales, como la instalación de protecciones bajo la vía y el balasto que eviten las vibraciones, así como un control de la velocidad de paso de los trenes que reduzca la vibración por debajo de los niveles máximos permitidos.

Si en cualquier obra de infraestructuras se tiene especial cuidado en la protección de los cursos de agua, en una que en su mayor parte discurrirá por el subsuelo se deben adoptar aun mayores prevenciones, por lo que la declaración de impacto ambiental obliga a efectuar sondeos geotécnicos que permitan conocer la afección de los túneles a las aguas subterráneas.

Durante la ejecución de los trabajos se adoptarán medidas para impedir la alteración de las rocas y se sellarán las fracturas en los lugares donde aparezca agua con el fin dañar los acuíferos, al tiempo que las voladuras se realizarán con cargas reducidas para evitar nuevas fracturas.

También hace mención el estudio a la necesidad de restaurar el terreno una vez concluidas las obras para minimizar el impacto visual. Una de las actuaciones que deberán realizarse será la construcción de falsos túneles en la boca de los reales para reducir al mínimo los desmontes.