En septiembre de 2007 comenzó a operar el puerto exterior de Ferrol con la llegada del primer barco a su muelle. Esperan que en los próximos días se inicien las obras de construcción de su acceso ferroviario, que estarán terminadas en 2021, por lo que habrán transcurrido 14 años desde la apertura del puerto hasta la entrada del primer tren. La dársena exterior coruñesa va camino de seguir los mismos pasos, ya que el principio de su actividad comercial fue en septiembre de 2012 y todavía se desconoce cuándo podrán comenzar los trabajos de su línea férrea. Tras la aprobación de la declaración de impacto ambiental del trazado, este verano se presentará el proyecto. Será entonces cuando las obras puedan ser licitadas y adjudicadas, lo que podría realizarse a lo largo del próximo año.

Si fuera así, y con no menos de 30 meses de trabajos según las estimaciones del Ministerio de Fomento, el enlace ferroviario estaría listo en 2021, aunque la propia Autoridad Portuaria reconocía a finales del año pasado que la entrada en servicio podría demorarse hasta los primeros meses de 2022, diez años después de la puesta en marcha de los muelles. Pero eso sería sin tener en cuenta el principal problema del proyecto, su financiación, ya que en la actualidad se desconoce si habrá fondos europeos o estatales para costearlo y el Puerto se encuentra asfixiado por la deuda contraída para construir la dársena de punta Langosteira.

Si el lunes era la Autoridad Portuaria la que reclamaba que esta actuación se pusiera en marcha cuanto antes, ayer fue el alcalde, Xulio Ferreiro, quien se pronunció en este sentido. "Después de un año entero de parálisis, es buena noticia que finalmente tengamos un recorrido, pero queda mucho trabajo por hacer, empezando por la financiación", declaró Ferreiro, para quien esta obra "tiene que ir a cargo de los Presupuestos del Estado".

El regidor añadió que se perdió una "oportunidad muy importante" al no incluir el proyecto en las cuentas de este año y se pregunto si fue una "causalidad" el que la declaración de impacto ambiental del trazado se publicase tras la aprobación de los presupuestos. "Creo que no se le puede pasar a nadie por la cabeza en estos momentos cargar aún más la deuda de la Autoridad Portuaria, que ya está en una situación crítica", advirtió Ferreiro.

El alcalde hizo además mención de otra cuestión sobre la que existe unanimidad en todas las partes implicadas en el desarrollo del puerto exterior y a la que se refieren siempre que se aborda el proyecto del acceso ferroviario. Ferreiro calificó a esta infraestructura de "vital" para que punta Langosteira sea viable económicamente. La Autoridad Portuaria había considerado el lunes al tren como "imprescindible para completar la operatividad de la dársena exterior", a la que dotará de "mayor capacidad para mover grandes volúmenes de carga y posicionarse como un nodo logístico internacional".

Según el Puerto, el ferrocarril es el modo de transporte terrestre "más eficiente desde el punto de vista económico y medioambiental" y su llegada a Langosteira es reclamada por los operadores portuarios y las empresas. El Ministerio de Fomento ha puesto en marcha un "fondo de accesibilidad portuaria", una hucha con aportaciones de autoridades portuarias con beneficios que se dejaría a otras autoridades portuarias a modo de préstamo. No es una solución que quieran los responsables de la entidad en A Coruña: su complicada situación financiera para devolver los créditos contraídos para la construcción de Langosteira, se volvería insostenible teniendo que devolver los otros 132 millones que cuesta el ferrocarril. La esperanza es que Fomento decida invertir en esta necesaria infraestructura, cuya ausencia limitaría los tráficos y las ganancias de la dársena exterior, pero el Ministerio se ha olvidado por el momento de ella en los Presupuestos Generales del Estado, actualmente en trámite.

La publicación de la declaración de impacto ambiental pone además fin a la polémica sobre el trazado que seguirá la línea férrea. Cuando en 2014 Fomento presentó el estudio informativo sobre esta iniciativa, se decantó por el llamado recorrido 3, que pasaría por Rañobre y que causaría un importante efecto en la zona. El ministerio seleccionó ese trazado al ser el más económico entre los cuatro posibles, ya que dos de ellos obligarían a realizar una cuantiosas inversión al discurrir en su mayor parte a través de túneles.

El Concello de Arteixo lideró la apuesta por el trazado 2A, el finalmente aceptado por Fomento, aunque A Coruña defendía el 2B, que consideraba más favorable a sus intereses al dejar libre un mayor espacio en Vío para la construcción de la nueva estación de mercancías y el tráfico ferroviario actual. El Concello coruñés presentó una alegación en este sentido, en la que se añadía que el paso del ramal junto al polígono de Vío podría perjudicar a este parque empresarial.

El Ministerio de Fomento desestimó finalmente esta reclamación al considerar que el trazado 2A, que parte de las proximidades de Pocomaco, es el más adecuado desde el punto de vista ambiental y que al estar además el polígono de Vío aún sin ocupar por instalaciones empresariales, puede modificarse el acceso por carretera al lugar.