Cinco pequeñas islas que emergen de las aguas en perfecta formación para aumentar el magnetismo a la costa coruñesa. Un archipiélago, tan lejos y tan cerca, que esconde mucho más de lo que enseña. Más que las aves que lo frecuentan, más que las olas que arremeten contra él. El conjunto de las islas y el monte de San Pedro, cuya catalogación como Espacio Natural de Interese Local (ENIL) tramita el Ayuntamiento, es todo un espectáculo geológico, testigo de cómo el mar y el tiempo fueron confeccionando esta aparentemente caprichosa sección del perfil marítimo de A Coruña, que además incluye la duna fósil más antigua del Cuaternario que se conoce en toda la península ibérica y que cubría el monte de San Pedro.

Tiene unos 300.000 años. "Hay otra de una edad parecida en Gibraltar pero esta es la más antigua que se conserva hasta el momento", explica el geólogo Juan Ramón Vidal Romaní, catedrático de Geodinámica Exterior de la Universidade da Coruña, que desde su especialidad ha reconstruido la evolución del lugar. El investigador recuerda que, antes del paseo marítimo, había un sendero que paseó decenas de veces. En una de esas caminatas localizó la duna. "Cuando empezaron a abrir el paseo le dije a Costas que probablemente la encontrarían", relata, "y aparecieron 200 metros". Así, el departamento estatal dejó dos ventanas acristaladas hacia el subsuelo para poder verla bajo rasante, con su pertinente panel explicativo. Están a unos 300 y 400 metros de la arielita respectivamente.

"Entre las dos ventanas está enterrado el resto. Incluso se pueden ver por arriba, en la carretera, pero ahí es más peligroso", añade. Vidal Romaní explica que esa duna "cubría todo el monte de San Pedro y ahora es una zona de acantilado". ¿Y de dónde procede esa arena? "Esa arena viene de cuando el nivel del mar estaba 120 metros más bajo y todo lo que había delante del monte eran unos arenales muy grandes y el viento soplaba la arena hacia ahí", ilustra el geólogo, director del Instituto Universitario de Xeoloxía Isidro Parga Pondal.

Explica que 300.000 años "es una edad que corresponde a la penúltima glaciación que hubo, es la que aparece ahí representada". "Después hubo un periodo interglaciar que subió el nivel del mar, después otro periodo glaciar y después volvió a subir el nivel del mar, que es como está ahora; pero lo más importante es que debajo de esta duna aparece una playa fósil, que está a unos 15 metros de altura sobre el nivel del mar", prosigue.

Es una playa, no de arena, sino de cantos, de coídos, como hay en muchos arenales de A Costa da Morte. Si uno mira desde ese sitio, dice, se ve que esos 15 metros son el nivel de las islas de San Pedro. Esos coídos también se pueden observar en la superficie de las islas. O sea, que la superficie plana que se ve en la parte alta de los islotes forma parte de una "plataforma de abrasión modelada por la erosión marina".

Pero hay más. Destaca Vidal Romaní que que hace 1,56 años el paisaje de esta zona tendría cierto parecido con la playa de As Catedrais. "Es lo mismo pero un poco más modesto". Las islas están llenas de furnas o cuevas marinas, cuyo perfil se observa en las imágenes aéreas del archipiélago, con los islotes como "rotos por unos corredores". "Son antiguas cuevas que empezaban en la parte exterior de las islas continuaban hasta tierra e incluso se meten en ellas, muy adentro". comenta Vidal Romaní, que explica que hay unas "muy curiosas", debajo de la casa donde está ahora el Centro Reto. "Ahí está todo hueco. Incluso cuando hicieron el paseo, se les hundió la carretera en una zona", indica. Cuando está la marea baja, se ven. "Si yo tuviera esa casa, me haría una salida para la motora por ahí", bromea.