Utilizar con eficiencia y relativa comodidad las zonas de carga y descarga señalizadas en la ciudad se ha convertido en una rutina complicada para los repartidores de paquetería de las empresas de transporte. Una veintena de estos trabajadores, constituidos en grupo a través de redes sociales, ha elaborado un informe con el que denuncia sus dificultades y reclama al Gobierno local notables mejoras para el desarrollo de su actividad, entre las que propone el incremento del horario de carga y descarga por las mañanas, facilidades de aparcamiento y la creación de más zonas específicas para estacionar sus vehículos unos instantes y entregar mercancías.

Las "zancadillas" que se encuentran los repartidores de quince empresas del sector que operan en la ciudad son de distinto tipo: ausencia o escasez de zonas adecuadas, ocupación de las mismas por parte de vehículos comerciales o furgonetas de obra, estrechez de espacios, tiempo limitado de aparcamiento, inadecuación de su ubicación. Estos problemas los sitúan en diferentes zonas de la ciudad, especialmente en el centro y en calles con más comercios y negocios de hostelería y de más tránsito, en las que precisamente los repartidores han desarrollado su estudio, al que incorporan fotografías.

El principal problema, señalan, es que la mayoría de las pocas zonas de carga y descarga que hay están ocupadas por particulares y furgonetas de empresas de obras o reparaciones que impiden estacionar un momento a los transportistas para realizar sus entregas. Como agravante, añaden, casi todas estas zonas están en el margen izquierdo de la calzada, lo que conlleva un riesgo para aquellos trabajadores que descargan por puertas laterales muy cerca de los vehículos que circulan.

Estos trabajadores señalan varias "zonas conflictivas" en la ciudad: en algunas calles del Ensanche (plaza de Galicia, Ferrol, Picavia, Padre Feijóo, plaza de Ourense) porque no hay puntos de descarga y el aparcamiento ocasional en otros espacios es captado al instante por cámaras de vigilancia; también en el Ensanche hay otras calles (Rosalía de Castro, Betanzos, tramos de Juan Flórez y la plaza de Lugo) en las que creen urgente habilitar más espacios específicos porque los que hay están casi siempre ocupados; en Matogrande por la imposibilidad de aparcar en calles frecuentemente ocupadas y con numerosos servicios y negocios; y en zonas de Monte Alto y Orillamar por la estrechez de las vías y los obstáculos a la circulación que crean vehículos aparcados en determinados lugares.

La Marina es otro punto negro de la ciudad para las agencias de transportes y sus trabajadores reclaman al Concello que la Policía Local permita usar las áreas de carga y descarga una hora más del tiempo establecido, por lo menos hasta las doce de la mañana, ya que la mayor parte de los negocios no abren hasta las diez. Esta prórroga se trasladaría también a calles céntricas como Real, Olmos, Galera, Barrera o Riego de Agua.

"Con estas demandas, entre todos debemos echar una mano y mejorar la situación por el bien de todos, no solo el de los transportistas", promueve el sector.