Preguntar a los pocos placeros que trabajan en el mercado de Adormideras o a sus clientes qué opinión les merece la rehabilitación que proyecta allí el Gobierno local, presentada este jueves a los vecinos de la zona, suscita una respuesta unánime: "Buena falta hace". "A mí el diseño me parece muy bueno", admite Francisco Martínez Amor, de la pescadería Fran y portavoz de los comerciantes. "Es muy bonito, parece que la reforma le da más vida al lugar", reconoce Rosa Gómez, vecina y usuaria de los puestos.

El grado de satisfacción entre los consultados es variable. Unos, como la vecina Carmen Ayuso, confían en que la realidad se ajuste a lo que muestran las recreaciones virtuales de la remodelación, con puestos de venta orientados al exterior, paredes de vidrio y una parte central polivalente para actividades y un servicio de abastecimiento. Otros, como Manuel, recelan de lo bien que luce la maqueta aunque se sienten esperanzados; "todo eso hace tiempo que tendría que estar hecho", comenta.

La coincidencia, más allá del diseño y los servicios ofrecidos, se da por la "necesidad" de que se visualice el mercado y, con ello, se dinamice la actividad comercial y la propia zona del barrio de Monte Alto se revitalice de alguna manera. "No es fácil", advierten quienes mejor lo saben. Porque solo queda una frutería, una panadería, una pescadería y una carnicería, además de una mercería que no siempre abre. Una vecina de toda la vida recuerda cuando había largas colas en cada puesto; también las comerciantes que acumulan décadas entre carnes y pescados.

Pero cerraron la librería, la peluquería, el supermercado, la pollería, el zapatero, el locutorio y la jamonería en la última década. "Se van los negocios, se van los clientes", lamenta la encargada de la panadería, con más de 20 años de actividad en Adormideras. Vecinos mayores y gente joven alquilada de paso predominan en esta parte del barrio.

"Esto se tiene que mover con más servicios. El vecino de aquí tiene que estar cómodo y no ir a comprar a otra parte, y el que venga por aquí debe encontrarse con un lugar agradable en el que sepa que pueda comprar buenos productos", cree Isabel Sueiro en el mostrador de la carnicería.

Otros aspectos de la reforma, como que la cafetería esté en el exterior o la creación de áreas de juegos, una pérgola y una estación de Bicicoruña, son bien vistos por los vecinos. "Eso da vida al lugar, anima a pasar el rato en el exterior", cree Gómez. "Los vecinos merecen tener cuantos más servicios mejor y aquí en muchos años no se hizo nada", apostilla Martínez Amor.

El Concello pretende con esta reforma mejorar la cara del inmueble de la plaza de Adormideras sin condicionar la actividad de la plaza de abastos, que ha de ser "primordial y visible", y convirtiendo su entorno en un espacio de convivencia, como recalcó el jueves el edil de Emprego e Economía Social, Alberto Lema.

El Gobierno local invertirá 1,4 millones de euros en los trabajos. Xiao Varela, edil de Rexeneración Urbana, que presentó el proyecto con el alcalde, Xulio Ferreiro, avanzó a los vecinos que su redacción está prevista para finales de este año; las obras, en el siguiente.