El Gobierno local presentó este mes el programa Non pases por un mal trago, una iniciativa de prevención del consumo de bebidas alcohólicas en menores que permitirá a los jóvenes sancionados sustituir las multas que le imponga el Concello por su participación en cursos educativos con sesiones individuales y en grupo. La Asociación de Ayuda a Familias de Drogodependientes (Adafad) impartirá estos cursos. Su directora técnica, María José Lamas, con 17 años de experiencia en la entidad, alerta de los riesgos de esta situación en los propios menores y en las relaciones familiares y apuesta por la motivación hacia un ocio más saludable.

- ¿Por qué bebe alcohol un chico o una chica de 14 años?

-Los motivos pueden ser muy variados. El propio joven, con su forma de ser, es un factor. Y el grupo en el que se mueve. O la asociación del alcohol a la fiesta, que a nivel social es algo bastante inculcado. También las circunstancias familiares. Todos son factores de riesgo que tienen que ver con las particularidades de cada caso y las características personales.

- ¿Qué carencias puede haber en la educación familiar para que el menor comience a beber alcohol tan pronto e incluso a abusar de su consumo?

-No creo que debamos situar a las familias como el peor factor, pero sí hay que tener en cuenta ciertas actitudes de su funcionamiento, como si son permisivas y hasta dónde decide cada familia que va a limitar a su hijo en el consumo de alcohol, sea menor de edad o no.

- ¿Cómo asumen los padres la notificación de una sanción de sus hijos?

-Hay familias muy diferentes. Unas se preocupan mucho, otras le dan poca importancia y normalizan el consumo de alcohol, otras se preocupan por cómo les repercute a ellos mismos, que tienen que sacar 300 euros de su sueldo para pagar una multa. De ahí que el Concello plantee ahora esta posibilidad de trabajar con nosotros para sensibilizarnos sobre las consecuencias del alcohol en menores.

- ¿En general, crea graves conflictos familiares?

-Eso también va a depender de cada familiar, pero en general sí, suele haber situaciones de disputa.

- ¿Cómo afecta el consumo a la conducta de los menores?

-A corto plazo, el consumo abusivo va a afectar a su desarrollo cerebral: en aprendizaje, en memoria, en cuestiones con cierto grado de agresividad, en conductas de riesgo, a nivel sexual.

- ¿Qué le van a decir los psicólogos del programa 'Non pases por un mal trago' a los menores?

-Haremos sesiones individuales de valoración de sus consumos y de motivación. En grupos pequeños de un máximo de cinco menores habrá dinámicas muy participativas con intercambio de opiniones con las que dirigir sus impresiones sobre la salud, sobre alternativas de ocio o sobre la presión de los grupos de amigos. Se trata de que se posicionen acerca de una droga y sus consecuencias teniendo en cuenta la edad que tienen.

- ¿Y a los padres?

-Con los padres y las madres habrá que conocer la situación familiar y su grado de preocupación por lo que hace su hijo. Se les dará información sobre aspectos respecto al consumo de alcohol que a lo mejor no tienen y sus consecuencias para sus hijos.

- ¿Qué esperanzas tienen con el programa de prevención teniendo en cuenta que se puede dar el caso de que algunos menores lo sigan para librarse de la multa pero seguirán bebiendo?

-Tenemos que intentar que funcione. Puede darse el caso, cierto. Lo que tenemos que hacer es motivar de manera máxima a los menores y a las familias para dirigirlos a los aspectos más saludables del ocio. El propio grupo de menores en el que participe también puede motivar a ese menor.