Fernando Romay es "o fillo do Portaxeiro", hijo de un trabajador y una trabajadora del Muro que ayer buscó "el camino de regreso" para ser el pregonero de su ciudad natal y recordar como un niño de A Gaiteira de abajo que nunca fue "pequeño" le robaba la madera en San Xoán a los de A Gaiteira de Arriba. Tras insistir en lo difícil que es para él vivir en una ciudad de "canijos", matizó que hay algo que hace "grandes" a los coruñeses independientemente de su estatura. "La capacidad de diversión es inversamente proporcional a vuestro tamaño", concluyó el ex baloncestista, que se admiró de la transformación "de un pueblo en ciudad" y animó a todos los coruñeses a participar en las fiestas .