La recuperación de la Puerta de San Miguel en la muralla que rodea la Ciudad Alta, junto al Hospital Abente y Lago, es un proceso todavía en marcha iniciado en el anterior mandato que el actual Gobierno local, tras más de tres años de interrupción, pretende culminar en los últimos meses de este año. Las obras de adecuación y acondicionamiento previstas deberían estar adjudicadas en septiembre, según los cálculos del área de Rexeneración Urbana, para que en el último trimestre el proyecto pase por Patrimonio Histórico y sea ejecutado en una rápida intervención de un coste de unos 37.500 euros.

La falta de trabajos de mejora y limpieza en la zona desde el año 2014, cuando empezaron a hacerse las últimas excavaciones arqueológicas para estudiar las distintas fases de la construcción de la muralla a finales del siglo XVI, ha dejado el lugar con un aspecto poco vistoso y dominado por la maleza, con una valla metálica y una loneta que desde hace meses separa el muro que fortificaba la ciudad de la acera.

Lo que el Gobierno de Marea proyecta hacer ahora es acondicionar el talud, tapar algunos "elementos disconformes" y liberar una barandilla para observar la puerta y los escalones descubiertos frente al marco, rodeado por tres escudos, en las exploraciones realizadas en 2013. "Es una obra sencilla y rápida y no habrá nuevas excavaciones. No había un proyecto definido de adecuación de la zona y puesta en valor de la puerta y desde febrero hemos trabajado en la redacción para licitar el que será el proyecto final", explica el edil de Rexeneración Urbana, Xiao Varela.

La demora en esta intervención urbanística y patrimonial se debe, según el concejal, a que la inversión se tiene que hacer con cargo a un préstamo y este no se hizo operativo hasta finales del mes de julio. El proyecto de ejecución y la obra se adjudicarán de forma conjunta y después la Comisión Territorial de Patrimonio Histórico de la Xunta debería informar de forma positiva tras un periodo aproximado de dos meses antes de que empiecen los trabajos.

El Ejecutivo del PP había llevado a cabo en 2013 obras de revitalización en esta zona de restos defensivos de la ciudad por valor de 320.000 euros, entre ellas la limpieza de la piedra y la instalación de sistemas de iluminación ornamental para realzar las estructuras. Los arqueólogos continuaron con las excavaciones al año siguiente y tras el cambio de gobierno los planes de intervención en la zona quedaron en suspenso.

En aquella etapa de trabajos en la muralla medieval que rodea el Abente y Lago en As Ánimas los especialistas descubrieron la escalinata de San Miguel, que comunicaba la Ciudad Vieja con el mar. Los escalones esculpidos a mano habían permanecido ocultos por la vegetación del lugar.

La Puerta de San Miguel forma parte de la fortificación irregular levantada en A Coruña tras el ataque inglés a la ciudad en 1589 para reforzar la muralla que bordeaba lo que hoy es el jardín de San Carlos. Desde su ubicación, que funcionaba como un embarcadero, zarpaban botes hacia el castillo de San Antón y el islote en el que estaba la ermita de Santa Mariña do Carreiro, según las investigaciones arqueológicas realizadas en la zona. Otras dos puertas eran lugares de partida hacia un embarcadero más grande en O Parrote. Se dice también que desde el punto en el que se encuentra la puerta Carlos I puso rumbo a Flandes para ser coronado rey de Alemania en el siglo XVI.