Alrededor de 375 niños han viajado desde un campo de refugiados del Sáhara Occidental hasta España, donde pasan el verano con familias de acogida gracias al programa Vacaciones en paz, de la ONG Solidariedade Galega co Pobo Saharaui (Sogaps). De estos, trece disfrutan en A Coruña del cariño de las familias. La organización gestiona el viaje de los pequeños hasta Santiago y, una vez allí, los recogen y distribuyen por provincias. Los niños estarán hasta principios de septiembre en la ciudad, alejados de las condiciones extremas de los campamentos y del calor sofocante del verano africano.

Ana Cao es una coruñesa que vive en Alicante y que vuelve a la ciudad a pasar el verano. En su primera participación en un programa de ayuda humanitaria ha acogido a Tanyah, una niña saharaui de once años. "Al principio es un poco difícil por el choque cultural, pero luego te adaptas y es muy gratificante", indica Ana Cao, que tiene una hija de ocho años. Tanyah viene desde Auserd, una región al sur del Sáhara Occidental donde vive con su madre, su abuela y sus tías. La niña se muestra muy concienciada con el problema político por el que pasa el pueblo saharaui, "que vive en un sitio que antes controlaba Marruecos y que ahora vigila Argelia", narra. También explica que en A Coruña la vida es más fácil y que, si le gusta vivir allí, es porque está su madre. "En el Sáhara todos los niños quieren venir a España, a Castilla y León o a Madrid, si no quieres, no vienes, pero todos queremos", añade la pequeña.

Esta es una gran oportunidad para los niños, que viajan desde campamentos en los que, muchas veces, no hay agua potable ni condiciones idóneas para vivir. Los padres de acogida saben que aquí pueden dejar que disfruten de comodidades que en el Sáhara no tienen y que es, tanto para ellos como para los niños, un aprendizaje único.

Las familias han sido cuidadosamente escogidas y han pasado un test psicológico que determina que están en las condiciones idóneas para la acogida de los pequeños. Gracias a un convenio con el Sergas, los niños tienen acceso a los servicios de Atención Primaria y a los medicamentos. Las familias de acogida son las encargadas de vestirlos y cuidarlos, ya que no traen más ropa que la puesta.

Muchas de las familias que se deciden a acoger, repiten. Es el caso de Juanjo Lado, que hace años vio como su prima acogía a una niña saharaui. Al ser de la edad de sus hijas, la relación se estrechó, ayudaron a la familia de la pequeña y, hace tres años, Lado fue con su hija mayor a los campamentos saharauis, conocieron a toda la familia y también vieron las condiciones en las que vivían. Durante ese viaje, decidieron traer a la más pequeña del grupo saharaui, que aún no había venido a España, pero al año siguiente les denegaron la solicitud porque, como cada año hay menos familias de acogida, la edad mínima para el acogimiento son los diez años. Este verano pensaban que era el definitivo, pero solo han venido los niños que tenían más de diez años, por lo que Juanjo Lado y su familia vieron la necesidad de "acoger a alguien, este y los años que vienen".

Tras haber estado en los campos saharauis, conocer la situación de cerca y ver las necesidades que tienen, Juanjo Lado dice que esta es una causa muy justa y se siente muy comprometido. "Es como un niño más, con mucha energía, de la familia", relata Lado. El pequeño se llama Buyema, viene desde Aaiún, una ciudad del norte del Sáhara Occidental. Es la tercera vez que viaja a España y dice querer repetir. Vive con su abuela, va al colegio y se ha acostumbrado perfectamente a la vida aquí.

El alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, recibió ayer a los niños en el Palacio de María Pita, recalcó la condición de A Coruña como ciudad de acogida e instó a las administraciones a "alzar la voz y recordar a la comunidad internacional los derechos del pueblo saharaui".