La dificultad para aparcar en las calles de la ciudad lleva a los conductores más impacientes a estacionar sus vehículos en cualquier espacio libre entre coches por muy pequeño que sea. Pero ese movimiento al volante no es del agrado de los propietarios de los turismos a los que se les arriman demasiado los coches que finalmente aparcan porque luego les impiden salir. Por eso el conductor de un vehículo al que otro se pegó en exceso al estacionar en una calle le dejo una nota de advertencia por su maniobra en el parabrisas en clave de humor: "Hola, soy un coche casado, la próxima vez no me toques el culo, mi mujer se pone celosa".