Bruno Chevier, conocido como Nob, es un dibujante francés que representa en esta edición de Viñetas desde o Atlántico a la ilustración infantil. El autor no se considera un "autor para niños", sino para todos los públicos. Escribe las obras que le gustaría leer y es por eso que asegura que él es su primer lector. Nob es el padre de personajes como Mamette, que en España se conoce como Naneta .

- Usted habla de que hace un doble juego en sus cómics, como en Mamette, para que la historia pueda ser entendida por adultos y niños, ¿qué es lo más difícil de crear una historia para que pueda ser comprendida también por los más pequeños? ¿Es complicado transmitir realmente lo que quiere expresar?

-La verdad es que no pienso en ello cuando estoy trabajando, ya es algo sistemático, pero es muy importante conocer las referencias y nivel de lectura que puede tener un adulto y lo que le tendrías que dar para mantener su interés, pero a la vez hacerlo muy didáctico y muy simple para que un niño lo pueda entender, hacerlo atractivo e interesante para ellos. Hay que unir estos dos factores para que el resultado sea el esperado, ¿cómo se consigue? Eso ya no se decírtelo, es algo que me sale sistemático. Hago cómics sobre niños para todas las edades.

- Mamette es un personaje muy querido por el público, después de cinco ediciones y la continuación de sus aventuras en la serie de televisión, ¿quedan más historias por contar de este personaje?

-Sí, claro. Ha habido un parón en las publicaciones porque he estado trabajando con la serie de televisión. Ya tengo algo avanzado del próximo álbum y ahora que ya he terminado con la serie animada pienso seguir trabajando con Mamette y retomar sus aventuras en los cómics.

- ¿Se ha encontrado con algún problema para adaptar el personaje a la serie de animación en televisión?

-Lo difícil es guardar ese doble nivel de lectura, ya que hay que mantener ese atractivo tanto para el público adulto como para el infantil. Sobre todo lo que intentamos imponer, y que finalmente la cadena de televisión nos permitió, era tener un ritmo más lento, más pausado, para poder explicar muy bien las cosas. Que la acción transcurra con el tiempo suficiente para que todo quede claro y lo comprenda todo el mundo, en especial los niños, ya que hay ciertos matices que no perciben. Eso es un poco la influencia que tengo de mis dibujos de la niñez, o la animación japonesa, también de largometrajes de Miyazaki. La verdad es que la reacción que tenemos de la gente seguidora de la serie es muy buena, los padres que ven la serie nos dicen que da gusto que ahora los niños puedan ver unos dibujos animados con un ritmo pausado, que se puedan sentar en familia a ver la televisión tranquilamente. Parece que ha salido como esperábamos.

- ¿Ha pensado alguna vez en salir de esta temática orientada principalmente para los niños?

-La verdad es que sí. Pienso a menudo en ello, en cambiar de registro, en probar cosas nuevas. Tengo muchas ganas de adentrarme en la creación de una novela gráfica, seguramente lo haré. Está en mis planes de futuro.