Los resultados positivos que ofrece el balance de criminalidad en la ciudad durante los primeros seis meses del año en indicadores como los robos con fuerza en los domicilios (-23,6%), la sustracción de vehículos (-18,1%) y los hurtos (-3,2%), se ven empañados por un incremento del 11,5% en los robos con violencia e intimidación. Fuentes policiales señalan que este tipo de delitos se cometen reiteradamente los días de fin de semana en las horas de la madrugada y en zonas de ocio nocturno o próximas a ellas. Teléfonos móviles, carteras y bolsos son los objetos más arrebatados por los delincuentes a sus víctimas.

Los informes policiales reflejan que los asaltados suelen ser mujeres y los autores de los robos, hombres, generalmente uno solo aunque a veces son dos, quienes intimidan a las víctimas verbalmente pero no dudan en utilizar armas blancas o agredir con golpes si encuentran resistencia. Del 1 de enero al 30 de junio se registraron en la ciudad 107 robos con violencia e intimidación, once más que los que se cometieron el año pasado en el primer semestre.

Los móviles son también el botín más recurrente al que dirigen sus manos los autores de los hurtos, sobre todo en los locales de ocio nocturno entre las 00.00 y las 06.00 horas. Aunque se produjo un descenso en este parámetro delictivo, hubo más de 1.700 hurtos en la ciudad en los últimos seis meses. ´

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La Policía Nacional establece operativos especiales en actos festivos que congregan a mucho público en las calles para prevenir la comisión de hurtos. Se redujo el número de estos delitos en el último Carnaval, aunque en contra de la tendencia más reciente, volvió a incrementarse en San Juan.

Otro de los aspectos negativos que revela el último balance de criminalidad para las fuentes policiales consultadas es el aumento general de las infracciones penales en casi un 5% en comparación con el leve incremento a nivel nacional en un 0,8%. Los agentes atribuyen este repunte local a la política de prevención desarrollada por el cuerpo y al empleo de funcionarios policiales en otros cometidos, como el equipo de refuerzos que se dispone para tareas antiterroristas en las que se han de proteger instalaciones estratégicas, espectáculos y actos masivos.

La escasez de personal en las unidades de Policía Judicial es un aspecto que censuran las fuentes consultadas y los sindicatos policiales como factor que incide en el aumento del total de infracciones penales, ya que los profesionales resaltan que se pierden efectivos y policías especializados que puedan hacer frente de forma preventiva a los hechos delictivos y a su investigación.

En la primera mitad del año cayeron con respecto a 2016 los asaltos con fuerza en establecimientos y en viviendas, un 3,7% y un 23,6%, respectivamente. Los primeros, más frecuentes en el último año, suelen estar cometidos por delincuentes habituales que residen en la ciudad generalmente por las noches y con el uso de objetos como piedras, palanquetas o desatornilladores, según apuntan las fuentes. El descenso de los segundos, que tuvieron un significativo repunte hace tres veranos, se ha visto condicionado el último semestre por que las bandas organizadas que suelen cometerlos -sudamericanas o de países del este de Europa- no se han establecido una breve temporada ni en la ciudad ni en Galicia.

Los policías matizan también que el descenso en el indicador de tráfico de drogas (-15,4%) se refiere a la reducción de servicios relacionados con estupefacientes, a consecuencia de la escasez de personal en la Policía Judicial.