Un pequeño equipo de arquitectos técnicos se presentó un día de comienzos de mayo de 2005 ante el portal del número 8 de la calle Zapatería, en la Ciudad Vieja, para llevar a cabo la primera inspección técnica instada por el Gobierno local a un edificio de A Coruña. Era también el primer control de este tipo que se hacía en Galicia, ya que la ciudad era pionera en la comunidad en la inspección de inmuebles regulada a través de una ordenanza municipal de conservación de edificaciones. De los tres propietarios de la casa, Maricarmen Pampín y su hijo Javier Fonte recuerdan hoy cómo fue aquel examen del edificio y de su vivienda, en la primera planta. El informe reflejó un resultado satisfactorio.

"El chequeo en nuestro piso duró muy poco tiempo, ni una hora, prácticamente ni nos enteramos". Es lo primero que dicen madre e hijo. "Miraron los muros, las vigas, los techos. Fue todo ocular, salvo unas pruebas que hicieron con unas máquinas desde afuera y en dos habitaciones para producir un ruido intenso y registrar el mismo ruido. Ni revolvieron ni descolocaron nada", detallan.

Tras el breve chequeo a las estructuras e instalaciones no recibieron ninguna observación, ninguna obligación de acometer una obra correctora, y el informe general del inmueble obtuvo la firma favorable de un arquitecto técnico. Con el OK en el documento, hasta diez años después no tendrían que volver a contratar una nueva inspección, pero el aviso del Concello, doce años después, todavía no se les ha remitido. Hasta que no lo tengan en el buzón no volverán a solicitar la ITE, como según los profesionales, hace la práctica totalidad de los afectados. Nadie se anticipa a la llegada de la carta del Ayuntamiento.

Los inspectores, que pertenecían a la empresa contratada por los residentes y poco después realizaron controles en otros edificios de la Ciudad Vieja, entraron ese mismo día en la vivienda de la segunda planta del edificio y en el bajo, ocupado entonces y aún ahora por un local de hostelería al que se accede por la calle Repeso. Hicieron las mismas pruebas y dieron su aprobación a cada propietario.

El buen estado de conservación del número 8 de Zapatería se debía en gran medida a una reforma que los tres propietarios habían realizado antes de la inspección. "Arreglamos las escaleras interiores, la puerta de entrada al edificio, un poco el tejado y pintamos la fachada", repasa Pampín, que vive en la Ciudad Vieja desde hace 15 años. Tras la ITE, que recuerden, solo se eliminaron algunas pintadas de las paredes exteriores; y aún vuelve a haberlas nuevas.

El inmueble que abrió el grupo de inspecciones favorables en la ciudad se construyó hace más de 200 años, asegura su propietaria. Hace mucho tiempo llegó a albergar en la planta baja un departamento municipal donde se volvían a pesar las cantidades de productos adquiridos por los vecinos un poco más abajo en la antigua Praza da Fariña, hoy la plaza de Azcárraga, por eso la calle con la que hace esquina la casa se llama Repeso.

El ejercicio en el que el Ayuntamiento inició las ITE en 2005 había remitido las notificaciones a los dueños de inmuebles catalogados dentro del ámbito del Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) de Ciudad Vieja y Pescadería. La campaña se extendió el año siguiente al resto de edificios con catalogación y en los sucesivos, a los de más de 40 años dentro del casco histórico y a los de más de cuatro décadas en toda la ciudad.