La calle Orillamar volverá a quedar cortada al tráfico a partir de este jueves por obras de pavimentación, las terceras en los últimos seis años. El corte será en la totalidad de la vía, desde la plaza de As Atochas hasta la confluencia con la calle de la Torre, por lo que las repercusiones en la circulación serán notables para los conductores en la zona.

El Concello pretende mejorar el estado del pavimento en una calle que experimentó una remodelación total entre los años 2010 y 2011, cuando el Gobierno local de PSOE y BNG la transformó en uno de los "corredores verdes" que el plan general de urbanismo diseñado por Joan Busquets proponía para diferentes puntos de la ciudad.

Los trabajos comenzaron en junio de 2010 con el objetivo de concluir ese mismo año, aunque finalmente se demoraron hasta mediados de marzo de 2011, solo unas semanas antes de las elecciones municipales de ese año. El proyecto tuvo un coste de 2,5 millones de euros y se desarrolló en un tramo de 800 metros de longitud en el que las aceras y la calzada quedaron al mismo nivel, y en el que se suprimieron plazas de estacionamiento para dejar espacio a bancos y árboles.

Este último aspecto generó gran polémica entre los vecinos, que reclamaron de forma insistente lugares donde aparcar sus vehículos. El Gobierno local anunció la construcción de aparcamientos subterráneos junto a la Escuela Pablo Picasso, en la avenida de Navarra y en la plaza del Parque, pero solo el primero de ellos contó con un proyecto en firme durante el mandato del PP, que finalmente fue desechado ante el elevado coste de las plazas y la coincidencia de la iniciativa con la fase más aguda de la crisis económica.

A las dudas de los vecinos sobre el carácter verde que adquiriría la calle tras las obras, se sumaron las quejas por los trastornos causados por estas, ya que no se realizaron por tramos, sino en todo el trazado al mismo tiempo, lo que generó problemas a los vehículos de emergencias. Los retrasos en la ejecución del proyecto llevaron además a que en su fase final surgieran complicaciones, ya que el tramo situado frente al cementerio tuvo que ser reparado antes de ser inaugurado por los desperfectos causados por los vehículos durante los días en que se abrió al tráfico.

La misma noche anterior a la apertura de la calle las máquinas estuvieron trabajando para cumplir con la última fecha señalada por el Concello, el 20 de marzo. En poco más de un año, el ya Gobierno local del Partido Popular anunciaba que llevaría a cabo una remodelación de la obra a causa del hundimiento de los adoquines colocados en la calzada.

El paso de siete líneas del transporte público urbano por Orillamar tuvo consecuencias para ese tipo de pavimento, que los nuevos responsables municipales decidieron sustituir por asfalto para evitar nuevos problemas en la calzada. Los trabajos fueron costeados por la empresa que había ejecutado las obras, ya que se encontraban en el periodo de garantía.

Cinco años después de esa actuación, el Concello, ahora de la mano de Marea Atlántica, pone en marcha una nueva pavimentación, que prohibirá circular por Orillamar de 10.00 a 19.00 horas, aunque se podrá pasar de la calle Atocha Baja a la de Javier Fonte y de Rafael Baixeras a San Vicente de Paúl. La Travesía de Orillamar tendrá doble sentido durante las obras, aunque perderá las plazas de aparcamiento y se accederá a ella desde Rafael Baixeras. También está previsto el desvío de las líneas de autobuses urbanos que circulan por Orillamar.

CORTES DE TRÁFICO

Los túneles de Juana de Vega y de O Parrote estarán cortados al tráfico esta noche por trabajos de mantenimiento. El primero estará cerrado a la circulación a partir de las 23.30h y las labores en el subterráneo se extenderán hasta las 07.00h. El túnel de O Parrote se cortará a la una de la madrugada y se reabrirá a las seis de la mañana.