La zona verde situada entre las murallas de la ciudad y las instalaciones de La Solana aparece estos días cubierta de vehículos cuyos propietarios no dudan en invadir el césped y dejarlos junto a las históricas defensas coruñesas. Al margen de la pésima imagen que ofrecen de la ciudad, estos conductores demuestran un absoluto desprecio por el patrimonio y el espacio público.