En zodiacs y a primera hora de la mañana, así lograron acceder activistas de Greenpeace a las instalaciones del puerto de A Coruña. Una vez desembarcados escalaron la llamada medusa o palacio del carbón donde Gas Natural-Fenosa almacena este combustible fósil, uno de los más contaminantes. Este tipo de operaciones de gran impacto mediático que realiza habitualmente la entidad ecologista se saldó con cuatro personas detenidas, acusadas de desobediencia a la autoridad. Otras cinco fueron puestas en libertad después de que la Guardia Civil los retirase de la zona en la que protestaban. Los arrestados pasaron a disposición judicial.

Cuando el barco de Greenpeace Esperanza atracó en el puerto coruñés dentro de su campaña por el Cantábrico bajo el lema Misión Salvar el Clima, nadie se esperaba este golpe de efecto. Un grupo de activistas escaló la estructura metálica de la cúpula para colocar un cartel amarillo gigante en el que podía leerse: "Almacén de cambio climático. Greenpeace".

Mientras unos escalaban otro grupo se colocó en la zona de las vías del tren que llega hasta esta medusa para recoger el carbón y trasladarlo hasta la central térmica de Meirama. Las versiones de Greenpeace y de Fenosa aquí son totalmente dispares. Los ecologistas aseguraron que habían paralizado el tren y no se había producido el transporte a Meirama, una acción destinada a reivindicar el abandono de las energías "sucias" que son responsables del cambio climático.

Gas Natural-Fenosa, sin embargo, aseguró que para ayer "no había ningún tren programado" en toda la mañana por lo que negó que se hubiese "impedido" la actividad para el transporte de carbón a Meirama. La empresa también subrayó, en un comunicado, que esta medusa es una "referencia en el mundo en la manipulación de carbón y desde el punto de vista medioambiental".

La empresa energética también destaca que el carbón aquí es descargado en tolvas ecológicas hasta que se carga en el tren, y todo el trasiego se efectúa a cubierto, sin emisiones al aire como sucedía hace años. Fenosa añadió que el transporte en tren además evita el uso de hasta 300 camiones al día por carretera para su traslado, lo que aumentaría las emisiones de CO2. Greenpeace reclama a Gas Natural-Fenosa que establezca ya la fecha de cierre de sus térmicas de carbón y que enfoque sus inversiones en acelerar la transición energética hacia un modelo basado solo en renovables.

El alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, declaró ayer sobre esta protesta de los ecologistas que "está bien seguir alertando de que se siguen produciendo ocasionalmente molestias para los vecinos" por las descargas de carbón, que provocaron hace años molestias en barrios como Os Castros o en Gaiteira, de donde él es vecino.