Los trabajos realizados por la Xunta en la Fábrica de Tabacos para que el Concello disponga de espacios para sus propias dependencias ha abierto un nuevo conflicto entre las administraciones local y autonómica, como desde el año pasado ocurre con las obras de la estación intermodal o la entrada de buses interurbanos al centro de la ciudad. "El vicepresidente nos dijo que nos dejaría nuestro espacio para poder entrar, y no está para entrar", lamentó ayer el alcalde, Xulio Ferreiro, en una entrevista en Onda Cero.

La falta de comunicación entre las áreas del edificio judicial en las que el Ayuntamiento quiere ubicar los distintos departamentos de la Concejalía de Urbanismo, con vigas visibles en huecos abiertos entre dos plantas, no ha gustado nada al Concello, al que la Xunta ha comunicado, según sus fuentes en la ciudad, que ha acabado la parte que le correspondía de la obra "en los términos pactados" e incluso "por encima" de sus "obligaciones". "Pedimos que hubiera una mínima habitabilidad y hay espacios en los que no hay por donde entrar, sin núcleos de comunicación", critica el alcalde, que lamenta "una vez más la falta de colaboración institucional" con la Xunta.

Los dos gobiernos se habían comprometido a invertir cada uno 50.000 euros en la ejecución de los trabajos con los que facilitar la conexión entre las áreas municipales, un acuerdo cuyos términos no se hicieron públicos. Ahora el Ejecutivo autonómico, que asegura haber hecho lo que le demandó el Ayuntamiento, deja el resto de la obra en manos del Gobierno de Marea y critica que no hubiese acompasado su proyecto a la obra. Retirar las vigas que separan las plantas donde estarán sus dependencias requiere un proyecto mucho más costoso y complejo.

El Concello ocupará 3.000 metros cuadrados en el ala sur de Tabacos, donde pretende unificar departamentos de Urbanismo repartidos por la ciudad. Dispondrá de dos plantas al completo, la baja y la segunda, con la primera con dos áreas separadas por un gran espacio.