Lo nuevo no siempre es lo mejor. Ayer, durante el pleno extraordinario que se celebró en María Pita, el reloj digital de un ordenador falló cuando más se le necesitaba. Marcaba los minutos que podían hablar los portavoces de los grupos municipales y se detuvo cuando le tocaba a Rosa Gallego, que se lo tomó con humor. Para continuar, el alcalde cambió de ordenador y aseguró que pronto cambiarán de sistema.