Cuando los agentes de la Guardia Civil descubrieron al presunto homicida a las seis de la madrugada del pasado 21 de agosto en una pensión de Fonteculler les manifestó "espontáneamente" que había golpeado a su suegra, al tiempo que añadió que la dejó "consciente". Los funcionarios, alertados de que se había producido un homicidio en A Coruña, localizaron el coche del sospechoso estacionado en una gasolinera de Fonteculler. El procesado había averiado y emprendió la huida a pie con su hija de 21 meses. Los agentes comenzaron a buscarlo por la zona y a inspeccionar todas las paradas de taxi hasta que la Policía Nacional les comunicó que había retirado dinero en una entidad bancaria de O Burgo y que posiblemente estuviese alojado en alguno de los hostales u hoteles de la localidad. Finalmente, lo encontraron en una pensión, en la que había entrado a las 23.30 horas. Desde allí, por tanto, envió algunos de los numerosos correos electrónicos que mandó ese día, desde las 14.30 horas, a su excompañera sentimental. La joven, que fue a Fonteculler a cenar a la vivienda de un compañero de trabajo, se extrañó al ver el coche de su expareja aparcado en la gasolinera porque "no solía frecuentar esa zona".

Cuando los agentes accedieron a la habitación sobre las seis de la madrugada, el imputado estaba vestido con una camiseta negra, un calzoncillo y descalzo. El hombre les manifestó que estaba así "porque no podía dormir y se acababa de duchar". Sobre la cama estaba dormida su hija, de 21 meses. Los guardias civiles lo arrestaron fuera de la vista de la menor. El procesado se negó a prestar declaración, tanto en comisaría como ante la juez de guardia. Contra él se siguen dos casos, uno por el homicidio y otro en Violencia sobre la Mujer.