Hasta hace poco en la zona de La Solana frente a la Puerta del Clavo, del siglo XVII, aparcaban las motocicletas. Ahora, encima de la franja de jardín pública (excluida de la concesión) pegada a la muralla, que es Monumento Histórico-Artístico, aparcan los vehículos, sobre todo los fines de semana, cuando incluso quedan estacionados hasta el día siguiente. Todo este entorno era antes un jardín verde, ahora seco al igual que el bello estanque, con paneles informativos ahora ocultos por la vegetación y un camino lleno de baches.