La química y comunicadora Déborah García se une al ciclo de conferencias Ciencia Express de la UDC para aclarar las dudas nutricionales más frecuentes, de las que hablará este jueves a las 20.00 horas en A Maestranza durante su charla Aceite de palma, aditivos, azucres. Sabes o que comes?

- ¿Hay muchos mitos en el mundo de la alimentación?

-Hay muchísimas dudas. Por ejemplo, el tema del aceite de palma. Inundó los medios de comunicación por un estudio sobre cómo se debe manipular en la fabricación de alimentos. Si se necesita calentarlo, se pueden desprender unas sustancias tóxicas, pero eso no repercute en la mayoría de los productos. Hay que aclarar que tanto las grasas saturadas como las insaturadas son necesarias en la dieta. El aceite de palma es de mala calidad, pero por ejemplo en las dietas infantiles tiene que estar presente porque forma parte de la leche materna.

- ¿No hace honor a su fama?

-Se creó una alarma innecesaria, igual que con los edulcorantes.

- ¿Cuál es la sustancia de la que más abusamos?

-La sustancia de la que más abusamos es el azúcar. No nos damos cuenta de qué alimentos lo llevan porque no nos saben dulce. Pero si valoras la dieta que lleva un niño, ves que muchos desayunan cacao soluble, que el 70% es azúcar, y que lo acompañan con postres y refrescos a lo largo del día. Puede parecer que no toman mucho, pero multiplica lo que recomienda la OMS.

- ¿No somos conscientes de los riesgos?

-Yo creo que en exceso. Lo que hay es demasiado miedo a cosas a las que no les deberíamos tener tanto. Por ejemplo, el tema de los conservantes. Nos preocupamos por ellos igual que cuando decimos que no vamos a tomar azúcar blanco refinado, pero sí el moreno. Y es igual de malo.

- ¿Los aditivos no son nocivos?

-No. Los aditivos son los que aparecen con la letra E, y cuando una sustancia tiene esa letra quiere decir que está regulada. Muchos de ellos son de origen natural, y si los llamasen por su nombre a nadie le asustarían. Por ejemplo, la vitamina C es un conservante habitual. Pero cuando se usa como tal se la llama E-300.

- ¿A qué debemos atender a la hora de mirar una etiqueta?

-Yo recomendaría consumir productos que no tengan etiqueta. Basar nuestra alimentación en productos frescos y no en alimentos ultraprocesados, que tienen más sal, azúcar y harinas refinadas.

- ¿Y si no queda otro remedio?

-Entonces hay que fijarse en cosas como, si tiene grasa, que sea aceite de oliva o girasol o, si es un pan de molde, que sea preferiblemente integral. Y también elegir el que lleve menos cantidad de azúcar.

- ¿Qué provoca el azúcar?

-El azúcar está vinculado a la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. Es uno de los grandes males de la actualidad en la comida.

- ¿Los edulcorantes son una solución?

-Son seguros, pero los inconvenientes que tienen es que perpetúan la conducta de comerlo todo dulce. Algunos, además, si los tomamos en exceso pueden tener efectos laxantes. Ocurre por los edulcorantes artificiales que se llaman polialcoholes, como el producto que se comercializa en España como Stevia, una mezcla que es casi todo polialcohol. Pero se pueden usar como una forma de transición para tomar menos azúcar.

- Hay estudios que han relacionado algunos con el cáncer, ¿rumores infundados?

-Son leyendas populares que hacen mucho daño y que obligan a las marcas a cambiar la fórmula de sus productos. Aquí tenemos el caso de Carrefour. Le quitaron el aceite de palma a sus productos de marca blanca, pero en realidad eso no va a cambiar su calidad nutricional. Solo sirve para alimentar el mito.

- ¿Hace falta más información?

-Sí, sobre todo más educación para saber cómo enfrentarte a hacer la compra y saber en qué te tienes que fijar. Leer una etiqueta y saber interpretarla. Y comprar con una sensación de seguridad, porque no hay productos inseguros en el mercado, con ingredientes que puedan producirte alguna enfermedad. El problema no está en que los productos nos envenenen, el problema está en los hábitos alimenticios.