La XVI edición de Intercentros será la última que Rodrigo Hidalgo, organizador del festival, dirija desde A Coruña. Tras apenas cuatro años desde su regreso después de una larga estancia en Madrid, el religioso volverá a marcharse este sábado, esta vez con destino a Salamanca, adonde ha sido destinado para asumir el marketing de la fusión de dos editoriales de los dominicos. Su nueva ocupación en la imagen corporativa, un proyecto que le "ilusiona", le hará dejar sus actividades como docente en el colegio Santo Domingo, pero no su función como coordinador del certamen solidario, que dirige desde su creación en el año 2002 y en el que participan cada año numerosos colegios de la ciudad. La gala de su última edición reunió en marzo en el Coliseum a 4.000 espectadores, entre adultos y niños.

"Dejo las clases, pero no la educación. Sigo a través del festival y trabajando con los niños", asegura el religioso que, aunque afirma que Salamanca es "una oportunidad para partir de cero", reconoce que cuando le comunicaron su traslado, no quería marcharse. "No lo esperaba. Cuando me llamaron les dije que no era una buena idea, porque llevaba aquí poco tiempo y porque soy el único religioso que está dando clase en el colegio. Pero no queda más que acatar", comenta.

Sí le concedieron, sin embargo, continuar a cargo de Intercentros. La gala entre instituciones educativas, que tendrá el 16 de marzo su próxima edición, continuará por el momento en manos de Hidalgo, que lo coordinará desde su nuevo hogar en Salamanca como ya hizo durante 7 años en la capital. "Lo que hacía en Madrid era estar al principio de los ensayos, y al final. Ahora en A Coruña estaré una vez al mes seguro, coordinando a nivel general como me corresponde", explica el religioso, que sí tendrá que dejar de lado su docencia en las aulas.

En ellas acabó, dice, porque le "cayó". Hidalgo no tenía el interés de enseñar en un colegio, pero fue en él donde se encontró con su "vocación de educador", que continuará por medio del festival. "Hoy se puede educar más allá de las aulas. Para mí, Intercentros es ese descubrimiento", cuenta, asegurando que el certamen es un modo de "conocer a los niños" y "sentir que tu trabajo sirve para ayudar".

Padre Rubinos y la Cocina Económica serán las entidades a las que el festival ayude en esta edición, que destinará los alimentos recogidos y el 40% de la taquilla a la entidad de la calle Cordelería, así como un 60% a la institución para la extinción de la mendicidad. La gala se dividirá en las categorías de directo, canción y coreografía, y se celebrará en el Coliseum, un emplazamiento que representa para Hidalgo el crecimiento experimentado por el certamen. "Al principio lo hacía yo todo, hasta barría el patio si me apuras, pero hoy ya hay estructura", dice, recordando cómo, cuando en el 2005 le ofrecieron realizar el festival en el Coliseum en lugar de en el Rosalía, "le pareció una locura".

No obstante, el teatro se llenó, y continuó "profesionalizándose" y adquiriendo una "solidez" que no existía en esa primera edición que los dominicos celebraron en solitario a raíz del programa Operación Triunfo. "Yo llevaba un coro juvenil. Los alumnos me hablaron de OT, y pensamos en hacer algo parecido", explica el religioso.

Como presidente de la Asociación Cultural Intercentros, Hidalgo asegura que no tiene fecha de caducidad. Sí quiere, sin embargo, que el festival llegue a tomar su propio rumbo de cara a la incorporación de las nuevas generaciones. "Me gustaría que en el 20 aniversario la actividad esté funcionando a pleno rendimiento. Que la gala esté consolidada, con independencia de los que la hemos fundado", concluye.