Una guía turística llegó a la Colegiata de Santa María con la intención de explicar esta iglesia de la Ciudad Vieja pero se encontró con un grupo de militantes del BNG que habían ocupado el balcón de la Casa Cornide y desviaron la atención del grupo de turistas. Los viajeros sacaron cámaras y móviles para inmortalizar la situación, en la que los nacionalistas reclamaban a la familia Franco que se devolviese el edificio. En vez de fotografiar la Colegiata, se dedicaron a atender a los cánticos del BNG. Entre los turistas, había algunos catalanes que quisieron enterarse de la situación, dispuestos a abrir un debate independentista.