El presidente de la Cocina Económica y fotoperiodista, Alberto Martí Villardefrancos, falleció en la tarde de ayer a los 95 años en su residencia de A Coruña. Sus restos recibirán sepultura mañana, a las 13.00 horas en el cementerio de San Amaro.

Martí deja una huella importante en la ciudad por su faceta solidaria y su labor como fotógrafo. Además, en sus manos estaba uno de los grandes archivos visuales de la historia de la ciudad. Y es que, tras 75 años de actividad como uno de los fotógrafos más destacados de A Coruña, a sus miles negativos fue sumando imágenes de Sellier, Ferrer y Foto Blanco, negocio donde se inició en el mundo de las cámaras desde los 12 años, cuando era el "chico de los recados". Sus instantáneas retrataron la vida de los coruñeses, sobre todo de los años 50 y 60, imágenes que permiten comprobar los cambios y la rápida evolución de la urbe, tanto en lo urbanístico como en los aspectos más sociales y económicos.

Una de sus series más reconocidas es Os adeuses, en torno a la emigración. En 1960 recibió el Premio Nacional de Fotografía tras conseguir, a través del objetivo, la imagen de un ladrón amenazando con un cuchillo a un camarero del bar Lhardy junto con dos policías. La ciudad también reconoció su labor, sobre todo, acudiendo por cientos a las exposiciones de homenaje con sus obras organizadas recientemente. En su última visita a la ciudad, con motivo de la exposición El primer Picasso, el Rey recibió con emoción un álbum de fotografías de Martí donde se podía ver a Felipe de niño en Bastiagueiro y asomándose a la ventanilla del tren cuando partía hacia Madrid. Más allá de imágenes de prensa, aseguraba tener en su archivo fotos de bodas, trabajos industriales e incluso encargos de empresa. Tampoco se le escaparon desgracias, como el avión de Aviaco que se estrelló en Montrove o la explosión del Urquiola.

Pero si tuviese que escoger una, él se quedaba con la de un anciano comiendo en la Cocina Económica, hecha en 1949. Su lado solidario siempre estuvo presente, y se reforzó cuando dejó a un margen la fotografía. Esa pasión por dar y ayudar le llevó a convertirse en presidente de la Cocina Económica en 2009, tras más de 50 años como socio de la entidad y miembro de la Junta directiva desde 2006. El pasado mes de marzo, celebró su 95 cumpleaños con un menú especial para todos los beneficiarios que acuden a sus comedores.