Los cuatro jóvenes identificados durante la madrugada del jueves al viernes por gritar en calzoncillos, destrozar mobiliario público y cometer actos vandálicos en la calle de los Ángeles, a veinte metros de la plaza de María Pita, han sido denunciados por la Policía Local. Unos quince estudiantes, quienes se autodenominan margaritos, en referencia al colegio en el que residen, llegaron a la calle pasada la una de la madrugada, y se pusieron a los pies del edificio de la residencia femenina de las religiosas de María Inmaculada. Su presencia por estas fechas es habitual todos los años, cuando organizan las novatadas y cantan a las chicas, quienes les suelen arrojar por las ventanas prendas de ropa interior, huevos o cubos de agua, pero esta semana la broma terminó con cuatro jóvenes identificados por cometer actos vandálicos y vociferar en la vía pública. Algunas consignas eran de contenido machista.

La Policía Local informó ayer de que los cuatro estudiantes interceptados por las patrullas que se desplazaron a la Ciudad Vieja, tres de 18 años y uno de 17, fueron trasladados en vehículos del 092 al colegio Hogar de Santa Margarita, donde se hizo cargo de ellos un responsable del centro. El colegio abrió una investigación interna para identificar a los responsables, en especial a los veteranos, con el objetivo de "depurar responsabilidades y actuar en consecuencia". Los agentes aseguran que serán denunciados por infringir la ley de protección de seguridad ciudadana por gritar y cantar en horario nocturno "perturbando la paz vecinal" y por incumplir la ordenanza de limpieza, ya que arrancaron papeleras y golpearon con ellas la verja de la Congregación. La responsable de la residencia femenina de las religiosas María Inmaculada fue informada de la necesidad de que denuncie los hechos para reclamar por los daños que sufrió el edificio.

Los funcionarios del 092, además, trasladaron las diligencias sobre los hechos a la sección de familia y menores, que continuará con la investigación para localizar e identificar a, al menos, otros siete jóvenes del mismo centro que participaron en los hechos con el objetivo de que también se hagan responsables de los gastos de reparación de los desperfectos que causaron.