El Grupo Naturalista Hábitat y Adega cuestionan la efectividad del dragado de la ría de O Burgo, se muestran escépticos con la materialización del proyecto de regeneración del estuario que contiene la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) y con que las obras resulten inocuas para los seres vivos que se han asentado en este enclave. La DIA es un paso previo a la publicación del proyecto autorizado, es decir, el documento final que establecerá cómo y cuándo se realizan los trabajos. Es un trámite que está ya en curso, según consta en la web del Ministerio de Medio Ambiente.

El documento contiene modificaciones respecto al proyecto redactado por el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex) en abril de 2013, después de haber incorporado algunas de las alegaciones presentadas a este texto, tanto por administraciones, como por afectados por las obras de regeneración.

Estos cambios, sin embargo, no han sido suficientes para convencer a las entidades naturalistas, ya que no despejan dudas planteadas por estos colectivos, como cómo afectará el relleno que se realizará en Culleredo y Oleiros para tapar las balsas en las que se confinarán los sedimentos contaminantes o cómo se garantizará que las partículas tóxicas no se vuelvan a meter en la cadena trófica de los animales y las plantas que viven en la zona afectada, una vez que se retiren del fondo de la ría. Y es que no se especifica cómo será técnicamente el dragado ni qué medidas específicas se tomarán para evitar fugas y vertidos de este tipo de almacenes.

"Consideramos necesaria una evaluación muy detallada del riesgo de resuspensión de los elementos contaminantes contenidos en los lodos y su incorporación a la cadena trófica mediante fenómenos de bioacumulación, lo que podría provocar un nivel de contaminación superior al que se pretende corregir", alertan desde Hábitat.

El presidente de la asociación ecologista Adega-A Coruña, Amancio Sotillo, pone el foco además sobre los "doce puntos contaminantes que tiene todavía la ría de O Burgo" y para los que la Declaración de Impacto Ambiental no ofrece ninguna solución.

"Hay otras cuestiones, más allá del dragado, que son también importantes como la limpieza del río Mero o de los riachuelos que van a dar a la ría sobre las que no se actúa, por lo que cualquier agente contaminante que vaya por estos canales va a acabar en O Burgo, sobre eso, no hay discusión posible", explica Sotillo, que afea al Ministerio de Medio Ambiente que haya "improvisado" en el proyecto de regeneración de la ría, a pesar de que hace ya cuatro años que se iniciaron los trámites ambientales -y de que, anteriormente, ya se hubiese publicado el informe del Cedex-.

La limpieza de la ría de O Burgo ha sido un fijo en todos los programas electorales, aunque su proyecto de regeneración recibió un impulso en 2012, cuando, a iniciativa de la Cofradía de Pescadores y la Plataforma en Defensa da ría do Burgo, el BNG llevó a Europa su denuncia sobre la contaminación del estuario y consiguió que una delegación de la Comisión de Peticiones visitase la ría y escribiese un informe solicitando mejoras en este enclave.

Sotillo plantea, además, otra duda sobre la financiación del proyecto y los plazos en los que se desarrollarán. "En la Declaración de Impacto Ambiental hablan de meses concretos, de empezar a dragar por el exterior de la ría, pero eso todavía puede cambiar, porque las empresas tendrán que hacer sus cálculos y ver de qué maquinaria disponen para hacer las obras y no sabemos tampoco quién pondrá los más de 46 millones que estimaba el Cedex que costaría el dragado", comenta Sotillo.

En este documento, se introduce otra modificación que alarga los trabajos de dragado dos meses y pasa de 21 a 23. En el proyecto del Cedex, el coste estimado era de 46,3 millones de euros, sin embargo, el Gobierno del Estado solo prevé la inversión -según los presupuestos de 2017, ya que los de 2018 todavía no están aprobados- de siete millones de euros, uno en 2017, y dos millones en cada uno de los ejercicios de 2018, 2019 y 2020. "No sabemos si, como siempre, consignarán una partida de un millón de euros que, al final, no se ejecutará", dice Sotillo.

El Grupo Naturalista Hábitat incide en la necesidad de analizar bien los sedimentos, de saber en qué punto están y qué contienen. Adega apunta además que no se ha medido el nivel de hidrocarburos, una de las causas por las que la ría tuvo que cerrar su actividad en varias ocasiones, sobre todo en 2015 y 2016, por lo que considera que no se ha desgranado en profundidad qué es lo que esconden los sedimentos de la ría.

En su valoración, Hábitat también pone el foco sobre los 50 centímetros de lodos que la Declaración de Impacto Ambiental considera que es suficiente dragar en la ría. "El promotor asegura que los 50 centímetros de dragado son suficientes para eliminar la contaminación de los sedimentos, pero en el texto de la publicación se afirma que la ría 'presenta zonas o sectores con diferentes niveles de contaminación, que de forma general no superan los 50 centímetros de espesor'. Con la expresión 'de forma general' se interpreta que hay zonas contaminadas de más de 50 centímetros de espesor, por lo que podrían quedar expuestas tras la retirada de la capa superficial", explican desde Hábitat.

El colectivo también muestra su inquietud por cuáles serán las "medidas de prevención y mitigación de la contaminación", ya que el texto pone de manifiesto que se pueden producir "pérdidas accidentales" de material contaminante durante el traslado de la zona de dragado a la de vertido.

Para Sotillo, es importante también que tanto las asociaciones ecologistas, como otros agentes interesados en la limpieza del estuario estén "muy encima de la ejecución de las obras para que se hagan como se deben hacer" y para que el daño medioambiental sea el mínimo posible. Esto implica que no se produzcan filtraciones de los depósitos que acogerán los residuos contaminantes -en Oleiros y Culleredo-.

Sobre estos espacios, Adega muestra también sus dudas sobre cómo se comportará después de esta intervención la naturaleza. "Perdemos espacio natural en las marismas, que no ha sido intervenido por el hombre, y que actualmente son zonas de reposo y alimentación de las aves. Cuando tengan depositados los lodos y hagan el paseo, introducirán más hormigón en la ría, más superficie urbanizada, y todavía no sabemos cómo influirá eso en la subida y bajada de las mareas", comenta Sotillo.

En un informe de 2014, Hábitat señalaba que, a pesar de las modificaciones que había sufrido la ría, contaba con 3.150 aves acuáticas durante el periodo invernal, por lo que, durante las diferentes épocas del año se convertía en el hogar de 74 especies diferentes de aves acuáticas, de las que 29 son especies menos comunes y es el quinto lugar de importancia para las aves del norte de España.