El Concello de A Coruña llevaba meses esperando por un encuentro con el presidente de Puertos del Estado, José Llorca, para sentar las bases del futuro del litoral coruñés, para definir lo que va a pasar en los próximos años tras la valla que ha separado la ciudad del mar durante décadas. Al tiempo que el Concello veía cómo Llorca demoraba la citaLlorca , los contactos se mantenían a sus espaldas con la Xunta, como reconoció ayer el presidente autonómico, Alberto Núñez Feijóo. "Tuvimos bastantes reuniones", relató tras presentar un principio de acuerdo para garantizar la titularidad pública de una parte de los muelles, en una comparecencia en la que únicamente habló él y en la que solo lo acompañaba Llorca, sentado y sin pronunciar palabra.

No estaba invitado el Concello, demandante de una "solución integral" para la costa y el único que puede cambiar el planeamiento urbanístico. Ni siquiera hizo acto de presencia el presidente de la Autoridad Portuaria, ente propietario de los terrenos sobre los que ayer hizo Feijóo un anuncio clave para garantizar la titularidad pública Batería y Calvo Sotelo.

El 27 de enero fue el último día en el que Llorca pisó A CoruñaLlorca A Coruña. Fue aplazando la siguiente cita. Se escudaba, al principio, en el conflicto de la estiba. Después aparecieron otros "problemas de agenda". Finalmente, la reunión en la que el alcalde iba a plantearle la "fórmula" para desarrollar el futuro de los muelles, con participación de todas las administraciones y siguiendo el modelo de Bilbao y Valencia, se fijó para el 24 de octubre. Señalaba el alcalde, Xulio Ferreiro, en una entrevista, que no cabía adelantar su hoja de ruta a la Xunta al considerar que procedía sentarse previamente con Puertos del Estado, la entidad con la que el Concello había firmado el convenio de 2004 por los muelles.

A solo 15 días de esa fecha, solicitada insistentemente por el Gobierno local, los "problemas de agenda" se despejaron para Llorca y este viajó a Galicia. Pero su mapa no lo llevó a María Pita sino a la Delegación de la Xunta, para sentarse al lado del presidente autonómico mientras este afirmaba que "en las próximas semanas" se firmaría "un protocolo" bilateral.

Hasta el momento, Núñez Feijóo solo se había pronunciado directamente en una ocasión sobre el futuro del litoral coruñés. Fue tras una reunión en Santiago por los cien días de su nuevo mandato con el alcalde Xulio Ferreiro. El regidor le avanzó la posibilidad de crear de manera conjunta una sociedad participada por todas las administraciones para gestionar el futuro de los muelles. El presidente respondió que, cuando se concretarse la fórmula, ofrecería su opinión.

A partir de ahí, las consultas al respecto fueron derivadas por Presidencia a la Consellería de Mar que, el día 11 del mes pasado en este diario, aceptaba en una respuesta entrar en la fórmula que propusiese el Concello para diseñar de manera conjunta el litoral. "Desde la Xunta mostramos nuestra disposición a formar parte del consorcio", aseguraban en un comunicado, "no obstante entendemos que falta definir de qué manera y con qué peso específico se llevará a cabo".

Pasado este tiempo, Núñez Feijóo asumió las riendas del asunto sin el Concello, razonando que ha representado ante Puertos "los intereses de la ciudad". "El futuro no está escrito, pueden entrar otras administraciones públicas", añadió, dejando para "después" la incorporación del Concello y la Diputación en "ese escenario".

Sobre estos "intereses" se habían pronunciado los representantes de los vecinos elegidos en las elecciones municipales de 2015. Lo hicieron de manera conjunta en enero de 2017 en el pleno, con tres mociones de PSOE, BNG y Marea. Todas aprobadas, ninguna por unanimidad, pero con contenidos comunes, en una sesión que tuvo, como primera consecuencia, que se frenase la subasta de la Solana. En una de las mociones, efectivamente, se instaba a la Xunta a mediar con Fomento para evitar la subasta y los terrenos de Batería y Calvo Sotelo, como finalmente se ha decidido a hacer el Gobierno gallego.

En dos de esas tres mociones se exigía también la revisión de los convenios de 2004 y, para ello, la convocatoria de su comisión de seguimiento, un órgano nonato con miembros de Fomento, Concello, Xunta, Puertos, Puerto y Renfe. En otro de los puntos ratificados, se instaba a Fomento a que, de procederse a la desafectación de Batería y Calvo Sotelo, fuesen "cedidos gratuitamente al Concello para utilidad pública e interés social de equipamientos y espacios libres".