El presidente de Puertos del Estado, José Llorca, y el de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, dieron ayer un golpe de timón a sus posiciones iniciales con el que pretenden marcar el rumbo en este asunto sin la participación del Concello de A Coruña. Ambos dirigentes políticos anunciaron haber alcanzado un acuerdo, que apenas esbozaron y que deberá materializarse en un protocolo posterior "en las próximas semanas", para que los muelles de la Batería y Calvo Sotelo, y el complejo deportivo de La Solana, mantengan su carácter de suelo público y permanezcan en manos de la Autoridad Portuariamuelles de la Batería y Calvo SoteloLa Solana.

Este pacto llega a solo catorce días de que Llorca, que ayer guardó silencio en presencia de Feijóo, se reúna con el alcalde para negociar el futuro de los muelles interiores de la ciudad y supone que tanto la Xunta como Puertos del Estado asuman las demandas de la Corporación municipal y de la movilización social liderada por la Comisión Aberta en Defensa do Común. Feijóo y Llorca comparecieron ante los periodistas sin la Autoridad Portuaria de A Coruña, propietaria de los terrenos y cuyo presidente es nombrado por la XuntaFeijóo y LlorcaAutoridad Portuaria de A Coruña.

Del acuerdo queda fuera el edificio del hotel Finisterre, que será subastado, por lo que la Autoridad Portuaria retomará la operación que había quedado paralizada a petición del Concello. También el destino de los muelles de San Diego y Petrolero, cuya venta también está prevista para financiar la obra de la dársena exterior, y para la que Xunta y Puertos remiten a un "estudio concreto".

Feijóo justificó el inicio de la negociación entre la Xunta y Puertos del Estado por su interés en que Calvo Sotelo y la Batería "sigan formando parte del patrimonio público de todos los ciudadanos", aunque advirtió que esa decisión debe tomarse "sin poner en cuestión la viabilidad económica del puerto exterior y la estabilidad financiera de la Autoridad Portuaria", lo que calificó de "reto mayúsculo".

Para el presidente de la Xunta, la "solución definitiva" para compatibilizar los dos objetivos es concentrar la obtención de recursos para satisfacer la deuda de la Autoridad Portuaria mediante la venta del muelle de San Diego, donde el planeamiento permite construir viviendas, a diferencia de Batería y Calvo Sotelo, donde solo se autorizan oficinas, comercios y hoteles. Para San Diego, Feijóo anunció la realización de un "estudio concreto" que determine como se pondrá "en disposición de conseguir fondos para el puerto exterior".

Feijóo situó en 2020 la fecha en la que concluirán las concesiones a empresas existentes en ese muelle, por lo que la decisión sobre su venta, se tomará desde el "principio de la prudencia" y cerca de ese momento, cuando calcula que se sabrá ya "el valor de lo que tiene allí el Puerto". Según el presidente de la Xunta, esta opción se tomó "bajo el principio de no engañar a nadie y de no crear falsas expectativas".

El plan general cifra en 377.057 metros cuadrados la superficie del muelle de San Diego y los pantalanes petroleros que podrá ser urbanizada. El 86,9% de ese terreno se dedicará a la construcción de edificios de viviendas con una altura máxima de seis plantas que podrá aumentar hasta las diez en circunstancias excepcionales. El resto de la superficie se destina a usos terciarios.

Batería y Calvo Sotelo, con una superficie conjunta de 64.397 metros cuadrados, son los muelles más céntricos de la ciudad y los primeros que pretendía vender la Autoridad Portuaria para reducir la deuda de 300 millones de euros que soporta por la construcción del puerto exterior. Los responsables portuarios habían previsto obtener 25 millones de euros por los dos muelles, el hotel Finisterre y La Solana.

Pese a que el Plan General de Ordenación Municipal de A Coruña solo autoriza a construir equipamientos comerciales y hoteles en esos muelles, Núñez Feijóo vendió ayer como un éxito de su negociación con Puertos del Estado que en esos terrenos no vayan a levantarse viviendas. Sobre el futuro de esa superficie, tan solo apuntó: "Vamos a seguir haciendo ciudad en esa zona, pero dentro del patrimonio público y de decisiones públicas".

UNA DEMANDA SOCIAL

La exclusión de los terrenos portuarios de una subasta para financiar la construcción de punta Langosteira era reclamada con insistencia por el Gobierno local y había sido rechazada por el Partido Popular hasta hace poco, mientras que la Autoridad Portuaria la descartaba al considerar imprescindible la venta de esos terrenos para garantizar su supervivencia financiera. Los representantes de las administraciones controladas por el PP -incluida la conselleira de Medio Ambiente y actual presidenta local del partido, Beatriz Mato- votaron de hecho a favor de la venta de La Solana y el Finisterre en el consejo de administración del Puerto, donde el consejero que da voz al Concello, el concejal Xiao Varela, fue el único que se opuso.

La posición del PP no varió hasta que se vio solo en el seno de la Corporación municipal, en la que el pasado enero se aprobaron tres mociones para exigir la devolución de La Solana y el Finisterre, una de ellas promovida por el PSOE y que recibió el respaldo de los populares. El partido tuvo que hacer frente además en los últimos meses a la presión ejercida por el movimiento social encabezado por la Comisión Aberta en Defensa do Común, que reclama la recuperación para el sector público de todos los terrenos que la Administración central pretende enajenar en la ciudad y que llegó a organizar una manifestación el pasado mes de mayo en la que participaron unas 4.000 personas.

A pesar del texto de la moción municipal aprobada en enero, el acuerdo anunciado ayer por Feijóo no solo mantiene la venta del hotel Finisterre, sino que además descarta que el complejo deportivo pase a manos del Concello, que ya había hecho por el mismo una oferta de 1,4 millones, el precio en el que tasó la Autoridad Portuaria esos terrenos. "El Puerto no va a vender La Solana aunque el Concello quiera porque es del Puerto y a nadie se le puede obligar a vender lo que no quiere vender", sentenció ayer Feijóo, quien además puso de relieve que solicitó "de forma explícita" que la instalación deportiva "siguiese siendo propiedad de la Autoridad Portuaria" y que se mantenga como un recinto "que pueden utilizar todos los coruñeses en el régimen actual", a pesar de que es explotada por una empresa como un club privado con concesión hasta 2027. El Gobierno local pretendía convertirlo a partir de esa fecha en un complejo deportivo de propiedad municipal, abierto a todos los ciudadanos.

Al darse ahora vía libre a la subasta del hotel Finisterre, queda por confirmar si la Inmobiliaria Río Mero, arrendataria del edificio, presentará finalmente oferta por el mismo. La empresa se comprometió a concurrir a una hipotética puja con una oferta de 10 millones de euros, aunque incluyendo en la misma la adquisición de La Solana. Si la subasta fuera solo de las instalaciones deportivas, Río Mero garantizaba una oferta de 5,7 millones.

El presidente de la Xunta admitió que la administración que dirige "no tiene competencias directas" sobre la ordenación de los muelles, ya que solo revisa las propuestas urbanísticas que efectúa el Concello, pero justificó su intervención en este asunto porque es la institución que designa al presidente de la Autoridad Portuaria y a parte de su consejo, por lo que aseguró que se siente "corresponsable de ese reto" y que pretende contribuir a "tomar una decisión que encaje con los intereses generales de los ciudadanos de A Coruña". A pesar de esa carencia de competencias, destacó que la Xunta "valida" el acuerdo adoptado y se compromete a cumplirlo con Puertos del Estado y la Autoridad Portuaria.

REUNIÓN CON EL ALCALDE

José Llorca alegó durante los últimos meses que su agenda de trabajo le impedía acudir a la ciudad para reunirse con el alcalde, aunque Feijóo informó ayer que el presidente de Puertos del Estado, a quien agradeció su "implicación" en este asunto, "lleva trabajando con la Xunta de forma directa" en esta iniciativa y que hubo "bastantes reuniones " entre ambas partes hasta alcanzar una solución que a su juicio "se basa en el realismo".

Feijóo eludió comprometer la participación de la administración autonómica en el consorcio que propone el Concello para abordar el destino de los muelles, aunque tampoco rechazó esa posibilidad. "El futuro no está escrito", manifestó sobre esa propuesta, a lo que añadió que si el Concello y la Diputación "tienen algún interés concreto" y quieren trasladar a la Xunta su "fórmula", su Gobierno estará "en disposición de verlo".