Más de 500 personas acudieron anoche a la cita convocada por la Asociación Foro LC junto al Obelisco para defender la unidad de España, un día después de que el president de la Generalitat declarase la independencia de Cataluña pero la dejase en suspenso para dialogar y un día antes de la festividad de la Hispanidad. La concentración atrajo también a unos 100 manifestantes contrarios a España o defensores del independentismo agrupados en torno al colectivo Acción Antifascista A Coruña. Unos y otros, separados por una docena de policías nacionales, se cruzaron gritos, cánticos y provocaciones y aunque hubo algún momento de tensión no se produjeron incidentes violentos.

La mayoría de los convocados por Foro LC se mantuvieron al margen del cruce de ataques, atentos a los discursos sucesivos en los que se reclamó la unión del país y se defendió a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Frente a los oradores, los vecinos se cubrieron el cuerpo con banderas españolas -también de Galicia- de distintos tamaños, las agitaron o sujetaron con las manos, como los ediles del PP Rosa Gallego, Francisco Mourelo, Begoña Freire y Mariel Padín; detrás de ellos, el diputado autonómico Gonzalo Trenor y el presidente provincial, Diego Calvo.

La banda sonora del bando españolista combinó vivas al país y proclamas como "Yo soy español, español" o "A Coruña es España" , con la pieza clásica del folclore musical Que viva España, de Manolo Escobar, que sonó a través de los altavoces en reiteradas ocasiones. Algún interviniente reprochó la ausencia del alcalde en el grupo, Xulio Ferreiro, y pidió su dimisión.

A unos cuarenta metros de los convocantes se hicieron oír un centenar de partidarios de la independencia catalana con cánticos a favor de la libertad de expresión y contra España y detrás de una gran pancarta con el lema Contra o fascismo nin un paso atrás. Las provocaciones de unos y de otros, con los agentes del 091 situados entre ellos y frente a viandantes que caminaban en una u otra dirección sin que tuvieron interés por estar en el lugar, empezaron a cruzarse al poco de comenzar el acto, si bien los españolistas prefirieron centrarse en sus discursos y abogar por la unidad del país o elevar el volumen de sus gritos y del popular tema de Manolo Escobar.

La tensión creció una media hora después del inicio del acto, sobre las nueve de la noche, cuando un pequeño grupo de asistentes engalanados con enseñas españolas respondió a insultos del colectivo contrario acercándose a los policías, lo que provocó que se redujera la distancia de separación y a unos y a otros solo los distanciasen unos diez metros. Algún vecino alterado trató incluso de rebasar la barrera policial para replicar a quienes no coincidían con su ideología y fue contenido por los agentes. Fueron entonces más frecuentes los insultos, durante diez minutos, hasta que los convocados empezaron a doblar las banderas y alejarse del lugar. La música dejó de sonar y cada grupo se dispersó.