Los muelles de San Diego, por su gran extensión (377.057 metros cuadrados) y sus vinculaciones con la operatividad del puerto exterior, concentran gran parte de los interrogantes sobre el futuro de los terrenos portuarios urbanos surgidos después de que el presidente de la Xunta anunciase la semana pasada que la planificación sobre esa superficie quedará pospuesta al menos hasta el año 2020. ¿Qué se va a hacer en la zona? El presidente de la Autoridad Portuaria, Enrique Losada, coincide con Alberto Núñez Feijóo en relacionar el destino de estos muelles con la captación de fondos con los que financiar, mediante su venta, la deuda de 308 millones a la que el ente debe hacer frente por las obras de punta Langosteira, según respondió ayer en una entrevista en Radio Coruña, en la que no concretó qué se va a construir en el lugar.

Preguntado por el destino de San Diego para ser recalificado y obtener fondos con los que saldar la deuda del puerto, Losada contestó: "El futuro de San Diego tiene que concretarse con mucha calma, no se va a poder desafectar hasta la próxima década, es área muy extensa y puede albergar usos compatibles. Hay suficiente margen para conjugar todos intereses. Es evidente que la Autoridad Portuaria necesita obtener fondos pero siempre vamos a promover actuaciones que beneficien a la ciudad, nunca actuaremos en contra de los intereses generales de los ciudadanos. Debemos participar todos en la definición de eso, básicamente aquellos que tienen competencias urbanísticas, que son Xunta y Ayuntamiento".

Losada alude a "usos compatibles" que tendrán que especificarse "con mucha calma", cuando los muelles se desafecten por el traslado de su actividad a Langosteira, por lo que abre la posibilidad de que en San Diego se levanten viviendas, como permite el plan general. Equipamientos, espacios libres y actividad del sector terciario (comercios, oficinas) son otros usos recogidos en el planeamiento, que apuesta también por la conservación de la estación de ferrocarril de San Diego con la que implantar una "intermodalidad" del transporte de cercanías para viajeros. "

"Hay suficiente margen para conjugar todos los intereses. Es evidente que el Puerto necesita obtener fondos, pero siempre vamos a promover actuaciones que beneficien a la ciudad, nunca actuaremos contra los intereses generales", avanza Losada en su primera intervención pública tras el anuncio del acuerdo de la Xunta con Puertos del Estado, en el que no participaron ni el Concello ni el propio Puerto de A Coruña. Invita a participar en esa definición de la zona al Concello y a la Xunta por ser las administraciones con competencias urbanísticas; directas en el caso del Gobierno local al tener responsabilidad sobre el plan general.

El alcalde, Xulio Ferreiro, resaltó en más de una ocasión que el Ayuntamiento no es partidario de que la Autoridad Portuaria haga caja con los muelles de San Diego, aunque se ha ofrecido a negociar los usos que podría tener la zona a partir de la próxima década. La apuesta municipal está en principio relacionada con las industrias limpias ligadas al mar, la energía y las nuevas tecnologías, y rechaza la construcción de viviendas; el plan general actual, que comenzó a tramitar el Gobierno local de PSOE y BNG y culminó el del PP, permite más de 4.000 pisos en bloques de hasta seis alturas. La salida total de Repsol de estos muelles no será efectiva hasta abril de 2021, como muy pronto.

La misma inconcreción que en San Diego manifestó Losada respecto a los muelles del centro de la ciudad, Calvo Sotelo y Batería, que Feijóo anunció la semana pasada que, junto a La Solana, no se venderán y seguirán siendo públicos y en manos de la Autoridad Portuaria. El planeamiento prevé en esta zona comercios, hoteles, oficinas y edificaciones de hasta nueve alturas, pero sus usos tendrán que volver a definirse. "Habría que cambiar el plan general y desarrollarlo, modificar usos preexistentes. Yo creo que requiere más cosas", considera Losada, que, preguntado si estos muelles seguirán siendo del Puerto, como dijo Feijóo, respondió: "Eso está por determinar".

El alcalde ha propuesto la creación de un consorcio de administraciones públicas para definir el borde litoral de la ciudad, sobre el que prevé avanzar el próximo día 24 en una reunión con el presidente de Puertos del Estado, José Llorca. Losada cree que el consorcio "no es la figura más adecuada" y alega a que esa fórmula generó pérdidas económicas en Bilbao y Valencia por la transformación de sus respectivos suelos portuarios.

En el plano económico, el presidente portuario se mostró poco optimista respecto a las posibles medidas que podría adoptar el Estado para aligerar la carga de la deuda que tiene el Puerto por las obras de la dársena exterior, superior a los 200 millones de euros, como una quita que ha propuesto el Ayuntamiento: "Lo hemos hablado muchas veces. La carta a los Reyes Magos puedes hacerla siempre, es tu máximo de petición, pero hay que ser realista: pedir que se condone un préstamo y unos intereses seis años después de solicitar el crédito no sé si será factible".

Losada comentó que el Puerto pedirá también ayuda a Fomento y a Puertos del Estado para que "colaboren" en la construcción de la conexión ferroviaria a Langosteira, cuyo proyecto constructivo debería estar "disponible" antes de 2018.

Los grupos municipales del PP y el PSOE reclamaron ayer al Concello que "acierte" en la definición de espacios en los muelles de Calvo Sotelo y Batería. Los populares apelan al consenso en las propuestas de uso y los conservadores a la integración de ese espacio portuario en la ciudad.